A la creatividad la podemos encontrar en todos lados y todas las personas son capaces de ser creativas desde su nacimiento. Incluso aun, bajo la relativa creencia de «yo no soy creativo», cada individuo puede motivar y potenciar su creatividad. Actuar creativamente es una manera de recorrer cada día. Es la punta del ovillo para ser protagonista de nuestras decisiones. El objetivo es promover la creatividad y no obstaculizarla. Desafortunadamente convivimos en un complejo mundo que marcha por una autopista rápida; el carril dedicado a la perseverancia, paciencia, dedicación y esfuerzo transita a una velocidad menor y son muchos los que rápidamente aspiran a ir por la calzada veloz. Deseamos que todo salga bien y raudamente a la primera. De no ser así, enseguida perdemos el interés, nos gana la desmotivación y es posible que lleguemos a frustrarnos. En el campo de las ideas, esta tiene que estar cerrada y ser novedosa de una. Como si la inspiración, ideación e implementación fuera un comprimido de rápida acción. No toleramos el más mínimo error en nosotros mismos ni en los demás. Pero, ¿es necesario apurar un proceso que requiere incubación y maduración? Para llegar a un resultado creativo hay que recorrer un proceso de pensamiento creativo. Hay muchas creencias impeditivas que producen bloqueos mentales. No dejemos que nos invadan o acosen. Sea en boca de terceros o por parte propia, las frases asesinas sobrevuelan cada etapa del proceso creativo; están al acecho para, de un tris, hacernos a un costado del camino. Las creencias negativas se fortalecen ellas mismas. Nos dejan incapaces de continuar, anulando el desafío a resolver. Henry Ford decía: «el fracaso es sólo una oportunidad para empezar de nuevo de forma más inteligente». Equivocarse en el proceso es común que suceda y hasta, déjenme decirles, es positivo para cimentar experiencias. Aprender del error y estar abiertos a «patinar» y salir triunfante es esencial para nuestro crecimiento. Ten en cuenta que podemos y debemos aprender de cada frustración. Siempre habrá enseñanza que rescatar. Respira hondo y date la chance de observar el fallo desde otro punto de vista, verás que los fracasos son grandes maestros que nos hacen mejores personas. Y para agrandar esta sentencia, transcribo un pensamiento de Winston Churchill: «un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad». Imagen cortesía de iStock
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