En 1982, Atari fue una industria que combinaba: juegos de arcade y videojuegos caseros; era lo que ésta controlaba en Estados Unidos, el 80% del mercado fue suyo. En ese año, los ingresos combinados de juegos de máquinas arcade (maquinitas) y videojuegos caseros (consolas) alcanzaron casi los 12 mil millones de dólares. Los ingresos fueron tan colosales que eclipsaron los ingresos combinados de las industrias musicales y cinematográficas de Estados Unidos. La industria de los juegos combinados (máquinas arcade y consolas) se valoró en más de 3 mil millones de dólares.
Luego, en apenas dos años, el valor total de la industria de los juegos pasó de casi 3 mil millones a sólo 100 millones de dólares. ¡Esto hizo temblar a toda la industria ya que era una caída del 97%! El mercado reaccionó sacando casi todas las consolas de juego de las tiendas y la opinión pública también cambió drásticamente.
Este aparatoso evento se incluiría en los libros de historia como “El choque del videojuego de 1983” o como se le llama de manera elegante en Japón, “Atari Shock”.
Intentaremos establecer lo que aconteció la muerte clínica de una era de la industria.
Pero… ¿por qué sucedió?
Primero, Atari hizo unas cosas un tanto tontas:
En la cúspide de su éxito, el Atari 2000 fue la consola del momento en alrededor de ocho millones de hogares. Para capitalizar este éxito, el puerto del clásico de ARCADE (maquinita) fue llevado a la CONSOLA. Aquellas tardes donde competías con tus amigos por tener la mayor puntuación en la sala recreativa ya no sucedería más.
Atari permitió que prácticamente cualquier persona hiciera un juego para sus consolas y muchos estudios emergentes aceptaron la oferta, lo que provocó que el mercado se saturara con muchos juegos de calidad abismal. El ejemplo más infame es ET: El extraterrestre. El objetivo era alcanzar la temporada de ventas navideñas, el juego se programó en sólo… ¡cinco semanas! El chiste se cuenta solo. Sin ningún plan, deciden ordenar 12 millones de unidades de este juego ya que su objetivo fue proyectar una copia del juego por cada consola ya instalada. Ni siquiera tenían esa cantidad de consolas ya vendidas. ¡Una completa locura!
El público no clamaba por el juego como Atari esperaba. Sin ninguna forma de vender un exceso de existencias, Atari decidió enterrar los cartuchos en un relleno sanitario del desierto de Mojave, cerca de Alamogordo, Nuevo México. ET se convirtió en un símbolo de la arrogancia de la industria de consolas estadounidense en 1983, el choque que siguió fue rápido e implacable. Tienda tras tienda comenzó a reducir los precios de las consolas para deshacerse de ellas y liberar espacio en los estantes para una tarifa menos embarazosa.
Atari se canibalizó, en el mismo momento en que el mercado estaba hasta el tope de cartuchos basura para el Atari 2600, el Atari 5200 estaba llegando al mercado. Definitivamente una relación de amor-odio entre todos los consumidores ya que no sabían qué comprar, había que considerar que la nueva consola de Atari (la 5200), no ofrecía mejoras notables para incitar la compra.
La competencia de Atari no era solo ellos mismos, primero, toneladas de consolas de videojuegos llegaban al mercado, especialmente la ColecoVision, Videopac G7000, Intellivision, incluso Sears… ¡Por el amor de Dios, Sears tenía su propia consola!
Sumado a esto, las computadoras domésticas como Apple II y Commodore 64 (su mayor competencia) se volvieron lo suficientemente baratas para tenerlas en casa. Una parte fundamental de esta competencia fue el speech que usaban los vendedores, pues sabían darles una buena razón a los padres para su compra:
“Es un sistema que ofrece juegos a sus hijos, además de la oportunidad de entrenarlos en una carrera futura”.
Durante ese periodo, a medida que la industria de las consolas en los Estados Unidos se marchitaba, la Nintendo Famicom se lanzó en Japón y fue un gran éxito. La consola de la compañía tardó dos años en llegar a Estados Unidos disfrazada de… adivinen… Sí, ¡Nintendo Entertainment System!
Nintendo evitó cuidadosamente el uso de las palabras “juego” o “consola” en su comercialización, ya que los minoristas al principio desconfiaban de vender videojuegos, después de las pérdidas ocasionadas por el Atari no querían saber más de videojuegos. Otra cosa inteligente que hizo Nintendo fue poner correa corta a todos los desarrolladores externos y encaminar cuidadosamente todos y cada uno de los proyectos que permitieron que se publicaran en su plataforma. Y por encima de esto, aprovecharon todavía más la situación y comenzaron a comercializar las cajas del juego con un sello oficial que se leía “CALIDAD NINTENDO” (vaya, vaya).
Nintendo iba por todo el mercado, tiró toda la carne en el asador, aún teniendo los factores antes mencionados, implementó en todos sus cartuchos un sistema de protección, un chip de hardware técnico para la protección de copias.
Atari estuvo como un partido de ping-pong… de propietario en propietario, nunca más reclamando nada cercano a su antigua gloria. Habrían tumbado consigo a toda la industria de videojuegos de no haber sido por la llegada de la desarrolladora nipona de Fusajir? Yamauchi… Nintendo.
Nintendo fue quien revivió un mercado que estaba al borde de la derrota, simplemente porque fue una autoridad central para los desarrolladores de juegos. Fueron quienes comenzaron a marcar pauta y seguimiento estricto en calidad y procedimientos de control. Tomaron la batuta de nuestro héroe caído… el Atari.
Gracias a Atari comenzaron nuestros días como gamers en centros recreativos, haciéndonos competitivos y con ese feeling que te recorre el cuerpo en el climax de la batalla con el final boss. Definitivamente, Atari no pasó desapercibida, sin embargo, la soberbia y confianza de los directivos causó el decline de una gran industria, marcó el fin de una generación para brindar alfombra roja a la entrada de la siguiente. Quién sabe dónde estaríamos en lo que respecta a los videojuegos si no hubiera ocurrido el Atari Shock…
AUTOR
Carlos Téllez
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