En un escenario donde la tecnología redefine constantemente las fronteras de lo posible, la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) emerge como una necesidad ineludible en México. Expertos en el campo y legisladores se han unido en el reconocimiento de que la ética y el marco jurídico deben converger para guiar el desarrollo de la IA, en un esfuerzo por abordar desafíos éticos y garantizar el beneficio colectivo.
Recientemente, durante el foro-taller «Beneficios de la Inteligencia Artificial para el ejercicio del periodismo«, Itzul Girón, una autoridad en el desarrollo de ontologías para la construcción de modelos de IA, destacó la urgente necesidad de regulación en el ámbito de la IA. Girón abordó cuestiones cruciales, como los sesgos inherentes a los algoritmos, el bloqueo de información y la creciente preocupación por su manipulación en las redes sociales. La pregunta central resuena: ¿Dónde reside la ética en los algoritmos y quién está a cargo de definirla?
Un ejemplo revelador es el de OpenAI, la creadora del ChatBot GPT, que ha solicitado regulación al Congreso de Estados Unidos. Girón invocó este ejemplo para subrayar la importancia de un enfoque normativo. En línea con su llamado, pidió una regulación que propicie la innovación y al mismo tiempo fortalezca el Estado de derecho y las instituciones de México. Esto cobra relevancia en un país que enfrenta desafíos específicos relacionados con el contenido sexual explícito y la explotación infantil en línea.
El diputado Javier Joaquín López Casarín, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), respaldó la necesidad de regulación en el ámbito de la IA. Resaltó la iniciativa de Ley de Ciberseguridad presentada y su papel en la construcción de un marco jurídico sólido. El objetivo es lograr un equilibrio entre la necesaria regulación y la innovación.
El llamado a la regulación de la IA en México es un paso crítico en la dirección correcta. La tecnología no solo presenta oportunidades, sino también desafíos éticos y sociales que deben ser abordados. El acceso a información, la privacidad, la equidad y la transparencia son valores fundamentales que deben estar arraigados en la regulación de la IA.
En un país donde la adopción de tecnologías exponenciales está en aumento, la regulación no debe ser vista como una barrera, sino como un fundamento sólido para el progreso, ya que puede catalizar la innovación al proporcionar directrices claras y seguras para su desarrollo. Al mismo tiempo, puede salvaguardar los derechos individuales y colectivos, garantizando que la tecnología sirva al bienestar de la sociedad en su conjunto.
En resumen, la regulación de la IA en México es una necesidad que responde a imperativos éticos y jurídicos. En un panorama donde la tecnología redefine la realidad, la regulación emerge como un faro que ilumina un camino de progreso responsable y ético. Con la colaboración entre expertos, legisladores y la sociedad en general, México puede sentar las bases para un futuro donde la IA sea una fuerza impulsora del bienestar y la equidad.