Por Edgar Castro, Director de Medios y Patrocinios, AT&T en México
Muchos hemos sentido la emoción de ver a nuestro equipo favorito disputar un partido importante. Ya sea una final, un clásico o incluso un partido amistoso, no podemos negar que en esos momentos lo que nos mueve es la pasión por el juego.
Y es este entusiasmo el que puede hacer que miles de personas compartan sentimientos de apoyo y ánimo en sus redes sociales. Nos mantenemos unidos a los jugadores. Es como si fuéramos uno más celebrando las victorias y llorando las derrotas. Es un instante único en el que disfrutamos con familiares y amigos.
En esos momentos, estar conectados y presentes en los eventos más relevantes, es importante. De esa forma podemos revivir ese gol del triunfo, alegrarnos al recordar ese pase y sentir, una vez más, la emoción de ese punto que fue crucial para la victoria. Ahí es donde queremos estar, porque en AT&T queremos conectar a nuestros clientes con lo que más les apasiona.
Somos una empresa de tecnología y entretenimiento, y al brindar conectividad queremos detonar emociones y acortar distancias, ayudar a nuestros usuarios a recordar lo que sintieron en su primer partido de futbol o al haber ido a un estadio por primera vez. Queremos ser su conexión con la pasión.
Es ahí donde una estrategia de patrocinios vive: en el espacio donde se unen esas emociones. Tener la presencia de una marca en el estadio o la cancha va más allá de colocar un logo. Se trata de generar un impacto positivo y hacer real el compromiso de una empresa sobre acercarse a sus clientes.
Algunos reportes indican que la solidez de una marca contribuye entre un 60% hasta a un 80% al total de ventas de una compañía, lo cual lo hace un beneficio crucial para su crecimiento sostenido y a largo plazo.[1]
Las empresas necesitamos ser verdaderamente cercanos a nuestros consumidores. Al estar en los lugares donde son más felices y apoyar aquellas actividades que generan pasión entre las personas, nos volvemos parte de sus vidas.
Una marca puede (y debe) estar presente en diversos lugares. Los consumidores tienen gustos y aficiones muy diversas. Es por eso que hay que saberse adaptar y responder a las aficiones de las personas.
Los deportes, la música, el arte, eventos especiales, entre muchos otros, hablan de diferente manera a nuestras audiencias. El secreto está tal vez en saber escuchar y acompañar a nuestros clientes. Mantenerse cerca de ellos.
Pero, sobre todo, un patrocinio debe recordarnos lo más importante: todo siempre empieza y termina con el consumidor.
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