Son las cuatro de la tarde y es viernes, faltan exactamente dos horas para dejar la oficina. Martín está sentado frente a su computadora, aliviado porque había acabado todo a tiempo. Él tiene 25 años y es redactor creativo. Si no está haciendo copys para cuentas de comida de perros, zapatos deportivos y toallas sanitarias; está con su novia tratando de explicarle cómo se usa el play station o tratando de seguir alguna receta de Tasty. En esta época de juegos olímpicos, ambos se han dedicado a instalarse en el televisor casi toda la noche. Esta fiebre se siente en todas partes, incluso dentro de la agencia. Uno de los directores creativos se encargó de instalar un proyector para que todos puedan ver las olimpiadas. Cabe recalcar que Martín sigue tratando de entender el 60% de los deportes.En este momento, todos en la agencia están instalados viendo a esos seres musculosos que alzan pesas. Martín se queda mirando a la pantalla, preguntándose cómo es que ese hombre de su misma edad está a punto de recibir una medalla de oro, representando al país y en los juegos olímpicos; mientras él sigue sentada en el mismo escritorio hace más de un año. Lo máximo que ha llegado Martín a un deporte son los bailes que se pega los sábados y, recientemente, Pókemon Go. Martín toca su barriga, evidencia que los chocolates que le había regalado su novia aún seguían en su cajón. Martín suspira, se siente rendido y sigue pretendiendo que le interesa el deporte de la pantalla. Lo que Martín no sabe, es que está completamente equivocado. Ser publicista es como ser un deportista que participa en los juegos olímpicos. Ser publicista es ser ese deportista que de vez en cuando le cuesta aceptar que se pierde, pero que disfruta cada momento de la victoria; antes, durante y después de ésta. Ese deportista que jamás se olvida de su primera medalla de oro y que a partir de ese instante inolvidable en que la entregan, se la queremos mostrar a todos. Anhelamos ser como los que pisan el podio del primer lugar, y cuando lo logramos, lo gritamos al cielo, pero queremos más. Sin embargo, no podemos ignorar que la publicidad es un deporte en equipo. Probablemente, no puedas a escoger a tus compañeros, pero con el tiempo aprenderás de cada uno de ellos y de su toque. Este equipo que no solo te tocará compartir en la cancha, también en la villa olímpica más desafiante de todas: la agencia. Llegar a este equipo no es algo sencillo, esto toma años de entrenamiento. Inclusive, todos los días seguimos entrenando porque en este mundo tan movido, la competencia aparece cuando menos lo esperas. Definitivamente, hay que estar preparado para cualquier cosa, hasta para una piscina de color verde. En las olimpiadas, representamos a aquella cosa que nos permitió estar ahí, la marca. Cada campaña exitosa es una razón para darnos un abrazo en equipo y para cantar más fuerte ese jingle que parece un himno. Pasa el tiempo y aprendemos que lo más importante de todo no se trata de premios, reconocimiento o fama, se trata de amar lo que haces. Disfrutar la adrenalina, sudar las ganas, motivarse por la victoria y aprender a aceptar una derrota. Solo cuando logramos que nuestra marca se conecte con el fanático más importante, el consumidor, sabremos que hemos roto un récord mundial. Así que tranquilo Martín, lo estás haciendo bien. AUTOR Maria Silvia Aguirre Mi nombre es María Silvia y soy comunicóloga porque siempre tengo algo que contar. Pudiera pasar todo el día con Snapchat, pero después Netflix se pone celoso. El amor de mi vida es un buen libro, que venga con un buen café y un dulce cuando sea necesario. Cuando sea grande, quiero que mis nietos repitan mis historias y le cuenten a sus amigos cómo su abuela revolucionó el mercado del contenido en Ecuador. Esto es lo que hago:https://www.behance.net/masilaguirre . http://ec.linkedin.com/in/mariasilviaaguirretorres Imagen cortesía de iStock
Comentarios