Octubre, 2025.- El Global Innovation Index (GII) 2025 revela una profunda paradoja en el sistema mundial: a pesar de alcanzar un récord histórico de dos millones de artículos científicos publicados, la inversión y el capital de riesgo cayeron un 4.4%. Este dato confirma que el mundo está produciendo más conocimiento del que es capaz de transformar en innovación real y tangible.
El informe subraya que el concepto de innovar ya no se limita a inventar. Si bien las tecnologías avanzan a un ritmo acelerado, su adopción en la práctica no sigue el mismo ritmo. El principal reto estratégico actual es gestionar la fricción entre el potencial técnico de una invención y su impacto social y aplicación efectiva.
El GII 2025 diagnostica una saturación del modelo de innovación dominante. Aunque nunca ha existido tanta infraestructura digital ni talento calificado a nivel global, los retornos de la innovación están decreciendo. El sistema actual está diseñado para privilegiar la eficiencia sobre la disrupción y la estabilidad sobre el riesgo creativo, limitando el crecimiento exponencial.
En este contexto, emergen nuevos y potentes polos de innovación. Países como China, India, Türkiye, Marruecos y Vietnam sostienen una clara y sólida tendencia ascendente en sus métricas de innovación. En cuanto a América Latina, Chile, Brasil y México son las naciones más destacadas, a pesar de que la región aún debe superar límites estructurales de productividad.
El futuro de la innovación apunta a un modelo más equitativo. La histórica concentración del conocimiento en el Norte global se está diluyendo, impulsando un cambio hacia sistemas más distribuidos y con un propósito definido. Están emergiendo modelos policéntricos donde la colaboración, la cultura y un propósito social definen la verdadera frontera de la innovación global.











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