Octubre, 2025.- El más reciente estudio sobre Marketing Basado en Valores (VDM, por sus siglas en inglés) revela que alinear la comunicación de marca con los valores del consumidor incrementa significativamente la efectividad publicitaria. Las campañas que aplican este enfoque registran mayores niveles de preferencia, relevancia y rendimiento, demostrando que las decisiones de compra están cada vez más ligadas a la identidad y los principios personales.
El VDM demuestra su efectividad en todas las categorías, desde bienes de consumo hasta servicios financieros, consolidándose como una estrategia universal aplicable a múltiples industrias. Su éxito radica en una conexión emocional auténtica, donde la marca deja de vender un producto para convertirse en un símbolo de afinidad y pertenencia.

El estudio identificó seis valores centrales que impulsan la afinidad y la intención de compra: Logro, Placer, Libertad, Propósito, Tradición y Seguridad. Estos pilares representan las motivaciones más profundas que orientan el comportamiento del consumidor y definen cómo interactúa con las marcas.
Los anuncios que se alinean con los valores dominantes del consumidor logran hasta 17 puntos porcentuales más en preferencia, frente a aquellos que no lo hacen. Esta alineación entre mensaje y valores personales refuerza la autenticidad y aumenta la percepción positiva hacia la marca.
Además, incluir valores en la segmentación mejora la eficacia de los medios hasta en un 193%, al elevar la predictibilidad y la precisión de las campañas. Este enfoque permite a las marcas identificar audiencias más receptivas y optimizar la inversión publicitaria.
Las marcas que logran conectar con los valores de su audiencia construyen relaciones más sólidas y duraderas, al generar confianza y lealtad emocional. En un contexto donde el 69% de los consumidores prefiere comprar marcas que reflejan sus valores personales, el VDM se posiciona como una herramienta estratégica esencial.
Finalmente, el estudio propone cuatro áreas de acción fundamentales para implementar esta metodología: inteligencia de audiencia, para entender los valores dominantes; inteligencia de medios, para seleccionar los canales más efectivos; inteligencia de mensajes, para construir narrativas coherentes; e inteligencia de impacto, para medir resultados y optimizar las estrategias.
El marketing basado en valores no solo transforma la forma en que las marcas comunican, sino que marca el futuro de la publicidad centrada en la empatía, la autenticidad y la conexión humana.











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