Octubre, 2025.- Una nueva investigación revela un cambio sísmico en el comportamiento de los usuarios: el 50% de los consumidores ya utiliza buscadores de IA, y un alarmante 44% los prefiere sobre los motores de búsqueda tradicionales. Esta tendencia de adopción masiva no es generacional, sino que se extiende a todos los grupos de edad, transformando fundamentalmente la forma en que se accede a la información.
A pesar de la magnitud de este cambio, existe un alto riesgo para las marcas: se estima que entre el 20% y el 50% del tráfico orgánico actual está en peligro de ser absorbido por las respuestas directas de la IA. No obstante, solo el 16% de las marcas está monitoreando activamente su rendimiento o exposición en los resultados de la Inteligencia Artificial.
Este panorama impone una nueva prioridad estratégica: el GEO (Generative Engine Optimization) está reemplazando al SEO tradicional en la cúspide de la estrategia digital. La razón es que la IA se nutre y sintetiza información mayoritariamente de fuentes externas, como foros, medios especializados y contenido de creadores, y no directamente de los sitios web oficiales de las marcas.

La influencia de la IA es ahora crítica en el embudo de conversión. Entre el 40% y el 55% de los consumidores en sectores clave ya están tomando sus decisiones de compra basándose directamente en búsquedas de IA. Este nuevo proceso sintetiza toda la ruta de compra en una sola interacción conversacional, haciendo obsoletas las largas búsquedas secuenciales.
Consecuentemente, se observa una pérdida de valor del clic tradicional. Los buscadores clásicos ahora están captando usuarios que, gracias a la IA, ya tomaron una decisión informada. Esto significa que los motores tradicionales están perdiendo su rol crucial en la parte superior del embudo (TOFU), donde se genera la awareness inicial.
Ante este cambio urgente, las marcas necesitan implementar una hoja de ruta inmediata. El primer paso es diagnosticar su exposición en la IA, seguido de una revisión profunda de sus estrategias de contenido. Es vital optimizar para modelos de lenguaje e invertir en GEO como una capacidad estratégica central para asegurar su relevancia futura.











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