Abril, 2025.- El estreno de The Last of Us Temporada 2 marca más que la continuación de una historia postapocalíptica: es una evolución del género zombi que ya no solo trata de muertos vivientes, sino de una sociedad viva en crisis.
Lo que alguna vez fue un recurso de terror de bajo presupuesto se ha transformado en un vehículo para contar dramas profundos, sociales y emocionales. La caída de sistemas, la supervivencia y el aislamiento son ahora el telón de fondo de narrativas más humanas y relevantes.
La Generación Z, que ha crecido enfrentando pandemias, ansiedad climática y desconfianza institucional, ha adoptado estas historias como reflejo y refugio. Series como The Last of Us, All of Us Are Dead o Kingdom conectan con temas como la salud mental, la diversidad y la crítica al poder, convirtiendo al zombi en símbolo del presente.
Además, esta generación no solo consume, participa activamente. En TikTok, Reddit y Discord, los fans crean teorías, edits, fan art y comunidades que mantienen el género en constante movimiento. El horror ya no se vive solo, se comenta, se comparte y se expande.
El fenómeno también es un negocio multimillonario. Desde videojuegos hasta mercancía y experiencias inmersivas, las franquicias zombie como The Walking Dead y The Last of Us han sabido capitalizar la conexión emocional y digital de su público.
Hoy, los zombis ya no solo asustan. Denuncian, representan, y acompañan. Y en su segunda temporada, The Last of Us promete seguir explorando ese camino: el del apocalipsis como metáfora del mundo real.
Discussion about this post