Febrero, 2025.- La cantante y actriz se sumerge en la estética de Madonna, homenajeando impecablemente la icónica serie de imágenes de la Reina del Pop en 1991 para Vogue Italia como Marilyn Monroe, donde trabajó directamente con el legendario fotógrafo Steven Meisel detrás de las imágenes originales para mantener su esencia y brindarle un toque auténtico.
Con un impecable peinado rubio platinado, maquillaje clásico y poses que evocan las fotografías de la Reina del Pop, la artista logra un equilibrio perfecto entre homenaje y reinterpretación del glamour de Madonna, cuya colaboración, con Meisel,aplaudido por la propia Madonna, no solo refuerza la conexión entre generaciones de artistas, sino que consolida a Carpenter como una figura clave en la reinvención del estilo vintage dentro del pop actual.
Una estética que trasciende la portada de Vogue
Pero esta popular estética vintage no se limita a esta sesión para Vogue.Su identidad visual ha estado marcada por una estética inspirada en los años 60 y 70, desde la tipografía y dirección artística de los promocionales de su gira Short n’ Sweet hasta su vestuario e icónico peinado en videoclips, colaboraciones y presentaciones en vivo.

Esa misma semana, Carpenter ha dado otro golpe maestro al lanzar la edición deluxe de Short n’ Sweet, con una colaboración estelar: un dueto con la legendaria Dolly Parton en una nueva versión de Please, Please, Please. Una elección brillante considerando la importancia de Parton en la cultura estadounidense, con una carrera de más de cinco décadas, quien ha sido un símbolo de feminidad, empoderamiento y éxito con un legado como la reina del country-glam que incluye himnos como Jolene& IWillAlwaysLoveYou.
Identidad artística
El reciente auge de Carpenter ha convertido su estética vintageen una parte esencial de su identidad artística, posicionándose como una de las artistas más influyentes de su generación.



A diferencia de otros intentos de homenaje que han sido criticados por carecer de profundidad o respeto hacia los íconos originales—como el caso de Kim Kardashian con el vestido de Marilyn Monroe en la Met Gala—Carpenter logra un balance perfecto entre su propia identidad y la admiración genuina por sus referentes.Su elección de trabajar directamente con artistas como Meisel en lugar de imitarlos demuestra un entendimiento de la historia del pop y una intención clara de construir un legado propio más allá de la nostalgia.
En un mundo donde la cultura visual evoluciona rápidamente y las nuevas generaciones parecen desconectadas de los ídolos del pasado, Carpenter consigue unificar lo mejor de ambos mundos. Cuyos tributos forman una extensión natural de su imagen artística, lo que refuerza la autenticidad de su homenaje.


Con estos movimientos y su impecable construcción de marca, Carpenter se consolida como la nueva reina de lo vintage, cuya capacidad para reinterpretar el pasado con frescura y respeto la posiciona como una de las artistas más populares de la actualidad.
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