Diciembre, 2024.- Desde su creación en 2021, Botto, un «artista descentralizado de inteligencia artificial», ha generado más de 4 millones de dólares en ventas de arte, destacándose como una de las propuestas más disruptivas en el mundo del arte contemporáneo.
El proyecto fue desarrollado por Mario Klingemann, Simon Hudson y Ziv Epstein, quienes combinaron un generador de imágenes de IA con un modelo de gusto afinado mediante las votaciones de su comunidad. Esto significa que Botto no solo crea, sino que evoluciona artísticamente gracias a las preferencias de los usuarios.

Arte y blockchain: la DAO detrás de Botto
Botto opera bajo una organización autónoma descentralizada (DAO), permitiendo que los entusiastas adquieran la criptomoneda $Botto para influir en sus decisiones creativas y operativas. Este enfoque lo convierte en un proyecto único que mezcla arte, tecnología y economía descentralizada.
En octubre de 2024, Botto presentó su última exposición en Sotheby’s Nueva York, recaudando 350,000 dólares y consolidando su lugar en el mercado del arte.
Recientemente, Botto integró un modelo de lenguaje grande de código abierto que le permite dialogar sobre sus obras y desarrollar una personalidad mediante la interacción con su comunidad. Además, se espera que experimente con modelos generativos «no alineados» para explorar temas artísticos más complejos.

Dilemas éticos y el futuro del arte
El impacto de Botto no está exento de polémica. Su uso de obras protegidas por derechos de autor en su entrenamiento plantea cuestionamientos sobre el papel de la IA en el arte. Sin embargo, su verdadero valor reside en su capacidad para redefinir los límites entre la creatividad humana y la artificial.
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