Noviembre, 2024.- Recientemente Jaguar ha tomado una decisión audaz al detener la producción de todos sus modelos actuales, salvo el F-Pace, para relanzar su línea como exclusivamente eléctrica en 2025. Este cambio radical busca transformar la marca en un referente de lujo sostenible, siguiendo una estrategia enfocada en menos ventas pero mayores márgenes, similar a la de su firma hermana, Land Rover.
Un nuevo rostro y una nueva visión
El rebranding incluye un logotipo minimalista y una campaña bajo el lema “No copies nada”, enfocada en la diversidad y la creatividad. Sin embargo, su anuncio inicial, que no mostró ningún vehículo, desató una ola de críticas en redes sociales. El comentario sarcástico de Elon Musk, “¿Venden coches?”, generó más interacción que la campaña misma, amplificando la polémica.
Críticas y defensas encontradas
Mientras algunos usuarios y figuras públicas calificaron la estrategia como «demasiado woke», la frase “Go woke, go broke” resonó entre los detractores. Otros cuestionaron la desconexión de Jaguar con su herencia automotriz. No obstante, la marca respondió directamente a las críticas, defendiendo su enfoque inclusivo y pidiendo paciencia hasta la presentación oficial de su nueva visión en la Semana del Arte de Miami, el próximo 2 de diciembre.
¿Renovación o alienación?
La transición eléctrica es el eje central de esta reinvención, diseñada para abordar la baja rentabilidad de la línea actual. Sin embargo, este episodio recuerda casos como el de Bud Light, donde una estrategia similar en torno a la inclusión generó controversias y boicots.
El mayor desafío de Jaguar será mantener su relevancia en un mercado competitivo mientras intenta atraer a una audiencia joven sin perder a sus seguidores tradicionales. ¿Logrará este arriesgado cambio posicionar a Jaguar como líder en sostenibilidad e innovación o será un paso en falso para la histórica marca británica?
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