Octubre, 2024.- El fenómeno de Emily in Paris, ha revolucionado la economía turística y el marketing desde su debut. Sin embargo, la primera mitad de la cuarta temporada, con más de 19 millones de visitas en cuatro días y el primer lugar en la lista global de Netflix en su estreno, anuncia su mudanza a Roma, desatando una controversia inesperada.
Este octubre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se pronunció en contra de este cambio en una entrevista exclusiva con Variety, declarando que «luchará duro para que Emily permanezca en París», generando una respuesta irónica del alcalde de Roma, Roberto Gualtieri a través de la plataforma X donde, Gualtieri expresó que “Emily está muy bien en Roma”, mostrando un guiño a este fenómeno mediático.
Más allá de las bromas diplomáticas, esto refleja el enorme valor económico que representa Emily in Paris llevando a miles de visitantes a recorrer los escenarios parisinos mostrados en la serie. Según un estudio realizado por el Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada de Francia el 38% de los turistas que visitaron París mencionaron la serie como una de las razones principales para su viaje, lo que resalta su impacto significativo en la industria turística.
No obstante, el efecto de Emily in Paris trasciende el ámbito del turismo y se ha convertido en una plataforma eficaz para las marcas de lujo. El product placement ha sido clave, así como la integración de marcas dentro y fuera de la narrativa. Lily Collins, protagonista de la serie, lució joyas de Cartier en los eventos promocionales, lo que generó 57,6 millones de interacciones a la marca y un valor mediático de 2,3 millones de dólares, según WeArisma.
Además, la serie promociona una versión emocionante de la ciudad, lo que atrae a millennials y generación Z, grupos demográficos clave para plataformas de venta de marcas de moda como Vestiaire Collective, que aumentó más de 22,000 seguidores tras su aparición en un episodio, según Metricool, siendo la serie una vía efectiva para conectar con su audiencia y crear experiencias de compra únicas.
El futuro de Emily in Paris en Roma podría abrir una nueva era de colaboración entre la Ciudad Eterna y las marcas globales. Mientras tanto, la disputa entre Macron y Gualtieri resalta el poder de las series para impactar tanto en la cultura como en la economía global.
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