Octubre, 2024.- El panorama digital para los influencers se ha vuelto más complicado debido a las rígidas regulaciones impuestas por la Advertising Standards Authority (ASA) en Reino Unido. La ASA exige a los creadores de contenido etiquetar como #AD cualquier publicación relacionada con una marca con la que hayan tenido un acuerdo comercial previo, incluso si el post no es pagado. Aunque la intención es promover la transparencia, esta normativa ha generado confusión tanto para los influencers como para su audiencia.

Un claro ejemplo de este dilema surge cuando un influencer publica contenido no pagado sobre una marca con la que colaboró en el pasado. A pesar de no haber una compensación económica, la ASA aún requiere que la publicación sea etiquetada como #AD, lo que pone en entredicho la autenticidad del creador de contenido. Los seguidores suelen percibir este tipo de etiquetas como una promoción pagada, lo que afecta la credibilidad del influencer y su relación con la audiencia.
Además, algunos creadores han comenzado a usar la etiqueta #AD de manera engañosa, asociándose a marcas con las que realmente no tienen ningún vínculo comercial, lo que también daña la confianza del público y perjudica a las marcas.
Frente a esto, surge una pregunta clave: ¿es realmente necesario que las regulaciones de la ASA sean tan estrictas, especialmente en un entorno donde los consumidores —y en particular los adolescentes— son cada vez más capaces de identificar publicidad sin necesidad de etiquetas?
Con plataformas como TikTok superando a la televisión en audiencia, muchos consideran que las normativas de la ASA están desactualizadas y que es necesario un enfoque más flexible. Se propone un código de conducta voluntario donde influencers, marcas y reguladores trabajen juntos para definir nuevas reglas que fomenten la transparencia sin comprometer la autenticidad ni crear confusión.
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