El candidato, Victor Miller, un bibliotecario de Cheyenne, Wyoming, ha dado un paso audaz al presentar la primera «candidata» de inteligencia artificial en una campaña política. Miller, aprovechando la tecnología de ChatGPT, ha desarrollado un chatbot que, si es elegido, gestionaría las operaciones diarias del gobierno de la ciudad.
Esta innovadora propuesta plantea una pregunta fundamental: ¿Puede una AI administrar eficientemente una ciudad? Según Miller, su chatbot está programado para analizar grandes cantidades de datos, optimizar la toma de decisiones y mantener una transparencia sin precedentes. Con la AI al mando, la gestión municipal podría volverse más objetiva y basada en datos, reduciendo el margen de error humano.
Sin embargo, este enfoque disruptivo también ha generado debate. Los defensores de Miller argumentan que un sistema AI podría eliminar la corrupción y mejorar la eficiencia, mientras que los críticos cuestionan si una máquina puede realmente entender las complejidades sociales y humanas que implican gobernar una comunidad.
Independientemente del resultado de estas elecciones primarias, la candidatura de esta AI marca un hito en la historia política, subrayando cómo la tecnología sigue transformando todos los aspectos de la vida cotidiana, incluso el gobierno.
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