En la carta, Zuckerberg admite que la administración Biden-Harris presionó a Meta para censurar contenido relacionado con la pandemia y que la empresa cedió a esa presión, eliminando publicaciones, incluidas aquellas que contenían humor y sátira sobre COVID-19.
Zuckerberg expresó su arrepentimiento por no haber defendido con más fuerza la libertad de expresión en sus plataformas. «Mirando hacia atrás, creo que ceder a la presión del gobierno fue un error. Deberíamos haber mantenido una postura más firme en defensa de la libertad de expresión», afirmó en su declaración.
Además de la censura relacionada con el COVID-19, Zuckerberg también reveló que Meta limitó la difusión de la historia sobre la laptop de Hunter Biden. Este caso cobró relevancia antes de las elecciones presidenciales de 2020, cuando se informó que la laptop contenía correos electrónicos y documentos que insinuaban vínculos de Hunter Biden con negocios en el extranjero, especialmente en Ucrania y China. La historia fue rápidamente etiquetada como «desinformación rusa» y su difusión fue restringida en plataformas sociales, incluida Facebook.
Zuckerberg mencionó que el FBI también presionó a Meta para limitar la visibilidad de esta historia. Este reconocimiento por parte del CEO de Meta sugiere que la compañía se encuentra en un proceso de revisión de sus políticas y procesos para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
En respuesta a estos eventos, Zuckerberg ha prometido cambios significativos en las políticas de Meta para asegurar una mayor resistencia a la censura y una mejor defensa de la libertad de expresión en sus plataformas. También ha asegurado que no hará contribuciones financieras durante el ciclo electoral actual, lo que subraya su compromiso con un enfoque más neutral en el futuro.
El cambio de postura de Zuckerberg marca un punto de inflexión en la relación entre las plataformas de redes sociales y el gobierno, sugiriendo una posible mejora en cuanto a la transparencia y resistencia a la censura por parte de las grandes tecnológicas. Mientras tanto, en Europa, el arresto del CEO de Telegram ha suscitado nuevas preocupaciones sobre la libertad de expresión en línea, indicando que el debate sobre el papel de las plataformas digitales en la moderación del contenido está lejos de resolverse.
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