Disney enfrenta una demanda por muerte injusta tras el trágico fallecimiento de Kanokporn Tangsuan en un restaurante de Disney Springs, donde sufrió una reacción alérgica fatal a pesar de advertir al personal sobre sus alergias a nueces y lácteos. Su esposo ha demandado a la compañía por negligencia, argumentando que el restaurante no tomó las precauciones necesarias para evitar el incidente.

Sin embargo, Disney está pidiendo que se desestime la demanda con un argumento sorprendente: la suscripción del esposo a Disney+ en 2019. Según la compañía, el acuerdo de suscripción incluye una cláusula que exige resolver disputas fuera de los tribunales, mediante un proceso de arbitraje privado.
Este giro plantea serias interrogantes sobre los derechos de los consumidores y la transparencia en estos procesos legales. Un juicio en un tribunal permitiría que el caso se trate públicamente, ofreciendo mayor visibilidad y la posibilidad de una compensación justa para la familia afectada. En contraste, un arbitraje se maneja en privado, y la decisión suele ser final, sin opción de apelación, lo que podría favorecer a Disney.
El caso pone en el centro de atención la importancia de entender qué estamos «firmando» al suscribirnos a servicios de streaming. Si una cláusula de Disney+ puede ser utilizada para evitar un juicio por la muerte de una persona, ¿qué otros derechos podríamos estar cediendo inadvertidamente? Este precedente subraya la necesidad de revisar cuidadosamente los términos y condiciones que aceptamos con un simple clic.
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