México, Julio 2024.- La campaña parte de una premisa simple pero real: es inevitable que las galletas Oreo se rompan durante su transporte o manipulación. Sin embargo, en lugar de ver esto como un problema, Oreo ha encontrado una manera ingeniosa de transformar estas imperfecciones en algo hermoso y significativo.
El Kintsugi es una antigua técnica japonesa que consiste en reparar cerámica rota con un barniz de resina mezclado con polvo de oro, destacando y embelleciendo las grietas en lugar de ocultarlas. Este método no solo restaura las piezas, sino que convierte las roturas en una parte hermosa de su historia. Oreo ha adaptado esta técnica a sus galletas, lanzando un tubo de crema de vainilla que actúa como pegamento para unir los trozos de las galletas rotas, imitando el efecto del Kintsugi.
La campaña de Oreo busca cambiar la percepción negativa de las galletas rotas. A través de esta iniciativa, la marca demuestra que las Oreo pueden ser aún más deliciosas y especiales cuando están rotas, transformando una posible desventaja en una experiencia única y encantadora.

Diseñada por la agencia Leo Burnett Tailor Made, la campaña utiliza una narrativa creativa y emotiva para conectar con los consumidores. El uso del Kintsugi no solo añade un elemento estético, sino que también transmite un mensaje de resiliencia y belleza en la imperfección, resonando profundamente con los valores y emociones de los consumidores
La conexión en Social Media y el UGC
El éxito de la campaña se ha centrado principalmente en las redes sociales, donde ha generado una gran cantidad de menciones y contenido creado por los usuarios. La participación activa de los consumidores ha sido clave, con usuarios alentados a compartir sus propias experiencias de reparar y disfrutar de las galletas Oreo rotas.
La interacción con la campaña ha sido notable, ya que los usuarios fueron incentivados a participar creando y compartiendo contenido relacionado con la reparación y disfrute de las galletas Oreo rotas. Esta estrategia no solo ha amplificado el alcance de la campaña, sino que también ha fomentado un sentido de comunidad y creatividad entre los consumidores.

La campaña de Oreo utilizando la técnica del Kintsugi es un brillante ejemplo de cómo una marca puede transformar un desafío en una oportunidad. Al abrazar la inevitabilidad de las roturas y convertirlas en algo bello y significativo, Oreo no solo ha cambiado la percepción de sus productos, sino que también ha conectado emocionalmente con su audiencia. Esta campaña no solo destaca por su creatividad, sino también por su capacidad de resonar profundamente con los valores y emociones de los consumidores, haciendo de cada galleta rota una obra de arte y una experiencia única.
Comentarios