La creativa y visionaria decoradora de interiores y experta en tejidos, Iris Apfel, falleció a los 102 años (1921-2024), dejando un impacto indeleble que alcanzó más allá del ámbito de la moda, convirtiéndose en una fuente de inspiración para diversos sectores creativos.
Apfel emergió como una sensación en una etapa avanzada de su vida, cautivando al mundo con su estilo único y audaz. Su habilidad para mezclar prendas de alta costura con joyería extravagante la catapultó a la fama en el universo de la moda. En 2005, su renombre alcanzó nuevas alturas cuando el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York le dedicó una exposición centrada en su estilo.
Sin embargo, su influencia no se limitó a las pasarelas y las revistas de moda. Su personalidad magnética y su filosofía de vida la convirtieron en un referente influyente en el ámbito de las comunicaciones y el marketing. A través de su presencia dominante en las redes sociales, acumuló millones de seguidores en plataformas como Instagram y TikTok, donde compartía su conocimiento sobre moda y estilo, además de colaborar con marcas reconocidas.
Apfel aprovechó su tardío reconocimiento para colaborar con algunas de las marcas más prominentes del mundo, convirtiéndose en un ícono del marketing y la publicidad. Desde líneas de accesorios y joyería para Home Shopping Network hasta colecciones de ropa y maquillaje con marcas como H&M, Ciaté London y Kate Spade, Apfel demostró su versatilidad y su capacidad para conectar con audiencias diversas.

Su experiencia como diseñadora de interiores y experta en textiles antiguos la llevó a participar en proyectos de restauración en la Casa Blanca durante seis administraciones presidenciales diferentes. Además, donó cientos de piezas de su colección personal a museos como el Peabody Essex Museum en Salem, Massachusetts, y el Museo de la Moda y el Estilo de Vida en Palm Beach, Florida.
El legado de Iris Apfel radica en su capacidad para inspirar a generaciones de creativos y entusiastas de la moda. Permanecerá como un recordatorio de que la verdadera belleza emana de la autenticidad y la expresión personal, y de que nunca es demasiado tarde para brillar con luz propia.