En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, a menudo nos encontramos con innovaciones que desafían nuestros conceptos tradicionales de ética y moralidad. Este es el caso de The Shotline, una plataforma que ha dado un giro inesperado a la idea de dar voz a aquellos que ya no pueden hablar debido a la violencia armada.
The Shotline utiliza la clonación de voz mediante inteligencia artificial, más conocida como audio deepfakes, para recrear las voces de las víctimas de la violencia en las escuelas. Esta tecnología permite que las voces de los fallecidos vuelvan a llamar a los representantes de Estados Unidos una y otra vez en un intento de influir en el cambio de las leyes de armas.
La utilización de chatbots de inteligencia artificial y la clonación de voz ha generado un intenso debate sobre las implicaciones éticas de crear representaciones artificiales de seres humanos. Muchos se preguntan sobre los efectos psicológicos, tanto positivos como negativos, que esto puede tener en los seres queridos de los fallecidos.
Además, la semana pasada, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) consideró ilegales las llamadas automáticas generadas por inteligencia artificial, citando casos de estafas y supresión de votantes. Sin embargo, las llamadas de The Shotline plantean un dilema único.
Las voces recreadas de las jóvenes víctimas de la violencia armada son sorprendentemente claras y realistas. A esto, en una declaración a The Guardian, MullenLowe, la agencia de publicidad detrás de la campaña, argumentó que las llamadas de The Shotline deberían estar exentas de las recientes prohibiciones de la FCC, ya que no se realizan automáticamente, sino que son iniciadas por personas a través del sitio web, y proporcionan un número de devolución de llamada.
Los mensajes de voz de Shotline fueron creados por especialistas en inteligencia artificial de 11ElevenLabs, utilizando audio proporcionado por las familias de las víctimas combinado con aprendizaje automático profundo para recrear una versión computarizada de la voz de cada víctima.
Además, en una entrevista con los padres de Joaquín Oliver, quienes fundaron Change the Ref después de su muerte, cuando se les cuestionó sobre si no les parecía inquietante la idea de recrear la voz de su hijo para una campaña social de esta envergadura, su respuesta fue contundente. Sí, reconocieron que la idea puede resultar inquietante, pero también afirmaron que no es peor que presenciar a un niño ingresando a una escuela con un arma militar. Para ellos, la prioridad es abordar la realidad alarmante de la violencia armada en Estados Unidos, y si eso implica usar métodos impactantes, están dispuestos a hacerlo.
Es importante destacar que los padres de Oliver no buscan revivir a su hijo a través de esta campaña. Reconocen que la tecnología no puede traerlo de vuelta. Sin embargo, su objetivo es utilizar esta innovación tecnológica para dar fuerza a una causa que consideran de vital importancia, misma que surge de un problema que, año tras año, se intensifica y afecta a innumerables familias en todo el país.
Esta declaración resalta el desgarrador dilema al que se enfrentan las familias afectadas por la violencia armada: la necesidad de tomar medidas drásticas para impulsar el cambio social, incluso si significa recurrir a métodos que podrían considerarse espeluznantes en circunstancias normales. Para ellos, el uso de la tecnología para dar voz a las víctimas es una herramienta poderosa en la lucha contra un problema que ha causado demasiado dolor y sufrimiento en la sociedad estadounidense.
Aquí el texto de la grabación de Joaquín donde insta a los líderes del Congreso descuidados:
“Hola, soy Joaquín Oliver. Hace seis años, estaba en el último año de Parkland. Muchos estudiantes y profesores fueron asesinados el día de San Valentín de ese año por una persona que usaba un AR-15, pero a ti no te importa. Nunca te ha importado. Han pasado seis años y no has hecho nada, nada para detener todos los tiroteos que han ocurrido desde entonces. La cuestión es que morí ese día en Parkland. Mi cuerpo fue destruido por un arma de guerra. Regresé hoy porque mis padres usaron inteligencia artificial para recrear mi voz para llamarte. Otras víctimas como yo también te llamarán, una y otra vez, para exigir acción. ¿Cuántas llamadas serán necesarias para que te preocupe? ¿Cuántas voces muertas escucharás antes de finalmente escuchar? Cada día, tu inacción crea más voces. Si no actúas ahora, nosotros encontraremos a alguien que lo haga.”
Otros mensajes de voz incluyen las voces recreadas de Uziyah García (10 años), Ethan Song (15 años), Jaycee Webster (20 años), Michael Baughan (30 años) y Akilah Dasilva (23 años).
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