La Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO, por sus siglas en inglés) ha emitido nuevas directrices que confirman que los sistemas de inteligencia artificial (IA) no pueden ser nombrados como inventores de patentes. Sin embargo, la agencia reconoce que las herramientas de IA pueden ser utilizadas en el proceso de creación de inventos patentables, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Estas directrices llegan tras una serie de consultas públicas y decisiones legales relacionadas con la IA y la propiedad intelectual. En 2020, la USPTO denegó la solicitud de un investigador que intentó patentar invenciones creadas por su sistema de IA, DABUS. Esta decisión fue posteriormente avalada por un tribunal estadounidense. Asimismo, otro tribunal falló en contra de otorgar derechos de autor a una imagen generada por IA, tras una solicitud del mismo investigador.
Puntos clave de las nuevas directrices:
- La IA no puede ser inventor: Aunque la IA sea una herramienta poderosa, por ahora no cuenta con la calidad jurídica de “persona” necesaria para ser reconocida como inventor de una patente.
- Los humanos pueden usar IA, pero con transparencia: Si un humano utiliza IA en el proceso de invención, debe declararlo explícitamente en la solicitud de patente. Esto se asemeja a la obligación de divulgar cualquier información relevante para la evaluación de la misma.
- La contribución humana debe ser significativa: No basta con presentarle un problema a la IA y esperar resultados. El ser humano debe demostrar haber realizado un aporte sustancial en la concepción de la invención. Esto incluye, por ejemplo, formular la pregunta adecuadamente para guiar a la IA hacia una solución específica.
- “Dominar” la IA no basta: Simplemente poseer o supervisar una IA que genera inventos no otorga automáticamente el derecho a patentarlos. El humano debe haber realizado un trabajo creativo e intelectual significativo.
Estas nuevas directrices buscan ofrecer claridad y certeza legal en el panorama cada vez más complejo de la IA y la propiedad intelectual. Si bien la IA no puede ser considerada un inventor por ahora, las directrices abren la puerta a su uso como herramienta valiosa en el proceso de innovación, siempre que se reconozca y se valore el aporte humano.
Sin embargo, aún hay algunos retos en el camino para asegurar que dichas directrices sean entendidas y respetadas, desde explicar exactamente qué implica un aporte sustancial y significativo en dicho contexto hasta ¿Cómo se asegurará que el uso de la IA en la invención sea ético y transparente? Adicionalmente, ¿Cómo afectarán estas directrices a la innovación en ámbitos altamente dependientes de la IA?
De cualquier manera, este debate sobre la IA y la propiedad intelectual apenas comienza, y las directrices de la USPTO son un gran paso en la búsqueda de un marco legal apropiado para la era de la inteligencia artificial y su aplicación en la innovación.