Desde que Elon Musk asumió el control de lo que entonces era Twitter, ahora conocido como X, a finales de 2022, el negocio de publicidad de la plataforma ha experimentado un marcado declive. Y todo gracias a la marca personal del dueño, Musk, conocido por sus opiniones controvertidas y su estilo de comunicación poco serio y grosero, ahora los anunciantes de las grandes marcas temen asociar sus marcas con la plataforma.
Aun así, el Super Bowl, un evento clave para la publicidad, presentó una ventanita de oportunidad para X. Vi grandes marcas como Frito Lay, Oreo, DraftKings y BetMGM emitiendo anuncios durante varios días seguidos. Sin embargo, mientras varias marcas importantes estaban dispuestas a invertir en anuncios en la plataforma el Sr. Musk, justo el domingo del partido, se atrevió a hacer una publicación en la que hablaba del cuerpo de las mujeres e hizo un chiste de mal gusto con el logo de Disney. Recientemente se burló de la idea de moderación de contenido. Sus publicaciones, posiblemente alejaron a muchos anunciantes, dejándolos inseguros sobre la asociación de sus marcas con X.
Este declive en la confianza de los anunciantes se traduce en una disminución significativa en la inversión publicitaria en la plataforma. Grandes marcas que habían mostrado interés durante el Super Bowl pronto desaparecieron de la plataforma, dejando espacio para marcas más pequeñas y menos conocidas para ocupar su lugar.
Aunque X ha intentado atraer a anunciantes de pequeñas y medianas empresas para compensar la pérdida de ingresos de los grandes nombres, e incluso Musk se ha jactado de atraer a estás pequeñas marcas, la situación no ha mejorado significativamente. La dependencia histórica de X de los ingresos publicitarios ha dejado a la empresa en una posición económicamente vulnerable. Con los ingresos publicitarios disminuyendo y una deuda significativa que enfrentar, la empresa está en crisis.
El modelo de negocio de X, que alguna vez fue sólido gracias a la publicidad, ahora se tambalea bajo el liderazgo de Musk. La falta de una estrategia clara para diversificar los ingresos más allá de la publicidad ha dejado a la empresa en una situación precaria. Es evidente que X necesita urgentemente encontrar una nueva fuente de ingresos para garantizar su supervivencia a largo plazo, quién sabe si su dueño opine lo contrario, lo más seguro es que sí.
El futuro de X es incierto. A medida que la competencia en el espacio de las redes sociales continúa aumentando y la confianza de los anunciantes en la plataforma disminuye, la empresa se enfrenta a desafíos significativos. La pregunta ahora es si X podrá adaptarse y encontrar una nueva dirección bajo el liderazgo de Musk o si la seguirá manteniendo sin generar ganancias hasta que se aburra y la cierre.