Explorar nuevos horizontes es una de las maneras en las que el concepto de libertad cobra un significado profundo. Contar con la capacidad de trasladarnos a destinos diversos, sumergirnos temporalmente en otras culturas, degustar sabores inexplorados y comunicarnos en distintos idiomas constituye una experiencia enriquecedora.
La búsqueda constante de vivencias que transformen nuestra rutina es el motor que impulsa a El Águila a innovar. Es así como ha lanzado al mercado unas botellas de edición limitada de su célebre cerveza, El Águila Sin Filtrar, bajo la denominación EA474.
Al adquirir las botellas de 33cl de la edición limitada de El Águila Sin Filtrar, EA474, los consumidores se abren a la posibilidad de obtener un premio diseñado para aquellos con espíritu aventurero o incluso para quienes deseen experimentar algo nuevo. Este premio consiste en un viaje a un destino sorpresa, que podría ser desde Egipto o Costa Rica hasta lugares como los Fiordos Noruegos, o ciudades como Lanzarote, Oporto o Marrakech. Con esta iniciativa, El Águila ofrece a sus consumidores la oportunidad de viajar, capturando la esencia de libertad que se encuentra arraigada en los valores de la marca al reinterpretar el concepto de viaje.
Las botellas EA474 ya están disponibles para su compra en los establecimientos participantes, y la promoción estará vigente hasta el 31 de enero de 2024. Para participar, el proceso es simple: visitar un punto de venta, adquirir la botella de El Águila Sin Filtrar edición limitada EA474, enfriarla adecuadamente, despegar la etiqueta trasera y escanear el código QR para acceder al sitio web. Una vez dentro, completar el formulario y esperar con expectación a que la fortuna haga su magia.
El compromiso de El Águila Sin Filtrar de desafiar lo convencional se extiende incluso a su presentación. En su ritual de consumo yace la esencia de esta cerveza, inspirada en los métodos de elaboración del siglo XX que prescindían del filtrado, conservando gran parte de la levadura, como si acabara de salir del tanque. De hecho, es necesario girar la botella antes de servirla, sin agitarla, y en el caso del barril, moverlo ligeramente cada día para avivar las levaduras en suspensión y así resaltar todo su sabor.