La tecnología avanza a pasos agigantados, y si bien nos ha traído muchas cosas buenas, también ha generado problemas graves. Uno de esos problemas es el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para crear deepfakes pornográficos, una práctica que está afectando especialmente a las mujeres.
Recientemente, empezaron a circular por ahí imágenes falsas creadas con IA que muestran a personas, sobre todo mujeres famosas, en situaciones comprometedoras. Estas imágenes se comparten en redes sociales y están causando un gran revuelo. El problema principal es que en la mayoría de los lugares, incluido México, a pesar de la existencia de leyes que regulan este tipo de acciones, no se aplican o simplemente se ignora lo que está sucediendo.
Usuarias de diversas redes sociales están protestando para pedir a las autoridades que protejan la integridad de las personas. La situación es grave, ya que cualquiera puede ser víctima de estos deepfakes, y es urgente que se tomen medidas al respecto. Una usuaria sugiere que se debe considerar la Ley Olimpia, que protege la intimidad de todas las personas y prohíbe compartir contenido sensible sin el consentimiento de la persona afectada. Esta ley se creó gracias a la lucha de una valiente mujer en Oaxaca.
Sin embargo, la IA es como una espada de doble filo. Si bien tiene aplicaciones beneficiosas, también puede ser peligrosa, especialmente cuando se utiliza para dañar a otros al lucrar con la imagen de personas vulnerables. Existen grupos en redes sociales donde se comparten fotos de personas para que se creen imágenes comprometedoras con IA.
Esto no sólo afecta a famosos, también a la gente común, sin embargo personajes como Ángela Aguilar y Rosalía quienes fueron víctimas de estos abusos cibernéticos defendieron públicamente su derecho a la privacidad y han condenado estas acciones que vulneran la integridad de las personas, pues aunque las imágenes no son reales, el daño a la salud mental de las víctimas sí lo es.
Además, el problema de los deepfakes porno va en aumento y está superando los esfuerzos de regulación en países como Estados Unidos y Europa. Estas imágenes falsas, cada vez más realistas gracias a la IA, se utilizan para crear pornografía no consensuada que puede arruinar la vida de las víctimas. Esto plantea cuestiones serias sobre el consentimiento y la privacidad en la sociedad actual.
En resumen, el uso de la IA para crear deepfakes porno es un problema serio que afecta especialmente a las mujeres y que requiere una regulación más estricta para proteger la privacidad. Es hora de tomar medidas para abordar este problema que afecta a cualquiera que pueda convertirse en víctima de esta tecnología.