● Más de la mitad de los encuestados, un 52%, asegura que ganar tamaño para ser más competitivo es el principal catalizador de una operación
● La reputación adquiere un papel transversal y clave en las transacciones para más del 80% de los encuestados
● El caso de México es probablemente el más específico de todos, pues desde el COVID, el principal catalizador para las fusiones y adquisiciones ha sido el Nearshoring
Desde mediados de 2022, la incertidumbre y la cautela han sido los denominadores comunes entre los inversores que participan en la actividad de fusiones y adquisiciones a nivel global, pero las expectativas apuntan a que 2024 será el año de la recuperación. Así se recoge en el informe “Del stand by hasta el infinito”, elaborado por LLYC en colaboración con iDeals y M&A Community, que analiza las tendencias que marcarán la actividad de fusiones y adquisiciones en los próximos meses con base en las opiniones recopiladas a través de una encuesta en la que participaron 110 profesionales del sector procedentes de España, Brasil, Chile, Argentina, Colombia, Panamá, México y Estados Unidos, y de entrevistas en profundidad con una quincena de expertos, entre ellos, gestores de private equity, banqueros de inversión y abogados.
Prácticamente la totalidad de los encuestados son optimistas: casi un 50% cree que la recuperación podría venir en 2024 y el otro 50% opina que se podría adelantar al tercer y cuarto trimestre de este año. No obstante, todos los profesionales coinciden en que el parón de la actividad ha sido notorio. Los motivos también parecen claros, vinculados a la mayor dificultad para acceder a la financiación y su impacto en los precios. Además, la incertidumbre geopolítica, el escenario macroeconómico y el alza de los tipos de interés provocó un desajuste en las valoraciones que se ha perfilado como el principal motivo de parón para un 40% de los encuestados, una tendencia común para la región ibérica y latinoamericana.
Foco en el mid market
A pesar de lo complicado de los últimos meses, la gran mayoría de los profesionales apunta a que, en general, la realidad ha resultado ser mejor que las previsiones iniciales. En casi todos los mercados, el segmento donde la actividad ha resistido mejor es el mid market, que representó un 68% de las operaciones realizadas hasta ahora. Sin embargo, incluso dentro de este segmento, los profesionales reconocen haber sido muy selectivos. De hecho, apuntan a que este carácter seguirá determinando la actividad durante los próximos meses.
El informe también recoge los principales motivos por los que las empresas y fondos deciden acometer operaciones de M&A. Más de la mitad de los encuestados (52%) afirma que, en un escenario de incertidumbre, ganar tamaño para reforzar la competitividad y afrontar los nuevos desafíos es el principal driver para completar una operación, seguido por la necesidad de responder a los retos de la transformación tecnológica y sostenible (un 16%), reestructurar el balance (un 14%) o responder a la presión accionarial (un 9%). Por tipo de inversor, de acuerdo con un 42% de los encuestados, las gestoras de private equity seguirán teniendo un papel muy relevante e incluso un 39% de los encuestados cree que su peso aumentará todavía más.
Todas las previsiones apuntan a que la actividad de M&A se recuperará el año que viene, y frente a ese escenario, tanto fondos como inversores industriales y empresas deben estar preparados. Con este informe, desde LLYC queremos arrojar luz sobre cuáles serán las principales tendencias a tener en cuenta para encarar la recuperación desde una posición ventajosa. Tal y como afirman los expertos consultados, la reputación y la comunicación se reafirman como herramientas clave para llevar una operación a buen puerto.
Luis Guerricagoitia, Director Senior del área de Comunicación Financiera y uno de los autores del informe
El caso de México es probablemente el más específico de todos.
Jorge León Orantes, socio de Santamarina + Steta, apunta que, desde el COVID, el principal catalizador para las fusiones y adquisiciones ha sido el Nearshoring (ubicación de fábricas en países limítrofes), sobre todo en regiones norteñas como Chihuahua, León y Tamaulipas, o Baja California. “Las adquisiciones estratégicas de compañías de Estados Unidos son las más frecuentes, por encima del capital privado. El Gobierno mexicano intenta favorecer la eclosión de parques industriales ampliando el radio a Oaxaca o Veracruz a través del proyecto del tren del Istmo y de varios incentivos empresariales. Los inversores chinos también están en auge. Hay un evidente interés por la industria automotriz, en torno al ecosistema de Tesla, así como por la movilidad eléctrica, los servicios médicos, las industrias de transportes y aeroespacial, la inversión inmobiliaria, la logística, las bodegas y las empresas fintech”.
Alejandro Carreño, socio de Chávez Vargas Minutti Abogados, comparte la visión de Orantes: “Si bien la ralentización del M&A ha impactado de manera general, hay industrias en las que otro tipo de factores, como el fenómeno nearshoring, han provocado una actividad mayor. De esta manera, México ha conseguido aprovechar las ventajas que le concede su posición geográfica, así como las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19”.