Según la firma de análisis de mercados IDC, el gasto global en transformación digital de las empresas alcanzará este año los 1.8 billones de dólares, un incremento del 17.6% respecto a 2021. Una tasa de crecimiento anual que se mantendrá por arriba del 16% entre 2022 y 2026.
Para 2025, se calcula que el gasto en transformación digital alcanzará los 2.8 billones de dólares. La inversión en esta variable se ha disparado, ya que, cuanto más amplio es el ecosistema digital, mayor es la necesidad de los negocios de tener presencia en este entorno. El crecimiento es exponencial.
Sin embargo, la traslación de actividades y servicios al entorno digital, que facilita, agiliza y abarata los procesos, viene de lejos. Y el sector del juego online, en especial los casinos virtuales, es buena prueba de ello.
En México, como en muchos otros países, la regulación de los casinos online se ha producido especialmente en los últimos años después de que fuera necesario hacerlo ante un fenómeno cada vez más presente en la sociedad. Pero, aunque parezca sorprendente, la transformación digital de los casinos empezó a producirse hace décadas.
El casino online pionero en la transformación digital
Los pioneros fueron territorios donde la tradición del casino y las apuestas se había mantenido fuerte durante décadas, sobre todo en el Reino Unido y algunas partes de Estados Unidos y Canadá.
Desde estos países se empezaron a desarrollar los primeros softwares de casino online en la década de los años 90. Oficialmente, se considera que la historia del casino online comienza con la institución de la Kahnawake Gaming Commission, una asociación que estableció una tribu india de Canadá con el fin de conceder licencias de juego.
Esta comisión se formó a la vez que aparecían los primeros sitios web de juego, muchos de ellos de poker, lo que derivaría en el boom que tuvo este juego a principios de los años 2000. De unos 15 sitios web en Norteamérica en 1995, se pasó a más de 200 casinos online en 1997. Visto el éxito, los operadores de apuestas deportivas tradicionales del Reino Unido se interesaron por este nuevo formato y comenzaron a trabajar por transformar sus servicios para alcanzar un público mayor.
Los casinos online, por su naturaleza, gestionan información sensible, como datos personales y bancarios, por lo que desde sus inicios tuvieron que trabajar en sistemas de pago que fueran seguros y confiables. Además, en un sector donde es clave garantizar que todo se hace de manera correcta, se trabajó mucho en ciberseguridad.
Internet no tiene fronteras y pronto el modelo del casino online se fue extendiendo a otras regiones del mundo. Daba la posibilidad de conectar a jugadores que podían enfrentarse a las cartas pese a encontrarse separados por miles de kilómetros, o jugar a la ruleta del casino en vivo en otro servicio pionero similar a los populares streams de los influencers y creadores de contenido.
El producto ya existía. Los juegos de casino y las apuestas son parte de la cultura popular de muchos lugares, incluido México. Pero, gracias a la transformación digital, estos servicios se pueden ofrecer a más gente, de forma más accesible y cómoda, y con una mayor oferta. Unas ventajas que también han querido aprovechar otros sectores como el del retail, las finanzas o la formación profesional, entre otros.
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