Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad”. John Donne Descubriendo mi causa Desde hace tiempo lo sabía, pero ese fin de semana me sirvió para descubrir y reforzar mi causa. Me gusta conectar personas, contribuir a que juntas generen alianzas y querer que la gente crezca, incluso más que yo. Eso implica desprenderme del ego, implica tener claro que las personas no son nuestras y que lo mejor que podemos hacer es crear comunidad para que a todos nos vaya mejor. Hace unas semanas me invitaron a participar en un programa de impulso a liderazgos de todo el país, al entrevistarme, me preguntaron cuál era mi causa, contesté que me gustaban las relaciones públicas, la comunicación política; pero en realidad, no tenía una causa identificada. Creando comunidad En la dinámica final nos pidieron elegir a un compañero para entregarle un pin de ingreso al programa y reconocer su liderazgo, yo elegí a Gilberto, un compañero de Yucatán que en una dinámica anterior utilizó una frase en maya para resumir lo que aportaba para el equipo el programa: Múul Meyaj, estaba escrito en una cartulina, una frase que significa comunidad y trabajo en conjunto. He aprendido que conectar también requiere libertad, de crear, de expresarte, de ser. Woody Allen decía que el 80% del éxito está solo en el hecho de mostrarse, de aparecer. Para mí, asistir a un evento se reduce a tres cosas: aprendizaje, networking y proyección. Siempre me ha gustado asistir y organizar eventos, congresos, foros, porque son escenarios para abrir puertas. Hace tiempo, en un test, descubrí que había diferentes tipos de perfiles, mis amigos y yo lo realizamos y a algunos de ellos les salía como resultado el color amarillo, que se refiere a personalidades más intensas, más fuertes, quizás buenos para cerrar negocios; a mí, me salía el color rojo, más emocional y más enfocado a las relaciones públicas, a conectar. Ve a esa fiesta En ocasiones mi roomie me ha dicho: “te encanta forzarla”, cuando me invitan a salir y estoy cansada. Tal vez una parte de mí lo está, pero la otra sabe que es una oportunidad para conocer personas, para reforzar amistades. Platiqué hace un tiempo con Jordi, un español de Valencia que encontré en alguna columna y que acompañé durante su cuarentena de Covid. En una charla de TEDx, hablaba sobre la importancia de crear comunidad y de cómo esto puede cambiar nuestro destino. Sabina, en entrevista para El País, decía que lo que nos inspira a salir es el deseo, “si nos quedamos en casa sabemos que vamos a ver una peli, a dormir, pero si salimos, no sabemos qué es lo que va a pasar”, nos mueve la incertidumbre. Elige tus batallas Conectar requiere de la presencia física, de la vista, del oído, del tacto. Cuando estudiaba mi segunda carrera, tenía regularmente tareas los fines de semana, en ocasiones, tenía que elegir entre si ir a la fiesta o terminar una actividad, lo hacía en cuestión del compromiso y de las relaciones públicas. Desde ahí, siempre elijo mis batallas. Así he guiado mi vida, así he conocido gente increíble, así he apoyado un poquito a amigos que quiero y que ya son familia, así he podido conectar, así, la vida me ha regresado más. AUTOR: ALEJANDRA CERECEDO CONSTANTINO (Publirrelacionista y politóloga) TWITTER: @ALEJANDRACONST INSTAGRAM: ALEJANDRACONST06
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