Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, Starbucks México decidió reconocer el rol e importancia de las mujeres en la industria del café mediante historias reales de caficultoras que han dedicado sus vidas al cultivo del café y que, a través del Programa de Prácticas C.A.F.E. de Starbucks (acrónimo de Coffee and Farmer Equity Practices), han desarrollado las habilidades y herramientas necesarias para prolongar su labor por mucho más tiempo. Desarrollado en 2004, en colaboración con el organismo de protección ambiental Conservación Internacional, Prácticas C.A.F.E. de Starbucks es un programa de verificación que se encarga de evaluar a las fincas en función de criterios económicos, sociales y ambientales diseñados para promover prácticas de cultivo de café transparentes y sostenibles, a la vez que salvaguardan el bienestar de las (os) caficultoras (es) y trabajadoras (es), sus familias y sus comunidades. Starbucks refrenda su compromiso de usar su escala global para hacer el bien y de trabajar para garantizar un futuro sostenible del café para todas (os). La compañía es consciente de que esta aspiración es posible gracias a la dedicación de las comunidades que lo producen. Las mujeres siempre han sido fundamentales en el viaje que sigue el café, de la semilla a la taza. Además de ser caficultoras expertas, también son los pilares que sostienen sus hogares, fincas y negocios. En este Día Internacional de la Mujer, a medida que Starbucks expande su objetivo de impactar positivamente a un millón de mujeres y niñas que forman parte de las comunidades que cultivan café, té y cacao alrededor del mundo para el año 2030, la compañía comparte las historias de las mujeres provenientes de las regiones caficultoras más importantes de México: Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Puebla. Finca Yela Huetz, Oaxaca “El café es fundamental en nuestras vidas y ha sido el sostén de mi familia cuando más lo hemos necesitado”. Edilburga vive en un terreno que ha pasado por su familia de generación en generación. Hoy en día, trabaja en la finca con su padre, su hermana, sus hijos y sus sobrinos. Desde 2014, ella y su familia han sido parte del Programa de Prácticas C.A.F.E. y, desde 2018, han recibido aproximadamente 1,300 cafetos resistentes a la roya como parte del programa “Todos Sembramos Café”, lo que les ha permitido renovar sus tierras continuamente. En su día a día, Edilburga bebe por lo menos tres tazas de café: una al despertar y otras dos mientras trabaja en la finca. Con sus esfuerzos, mantiene unida a su familia. Irma Cortez Cadena Finca Pastepec, Veracruz “El café de mi finca tiene un buen sabor porque todo lo hacemos con amor… Me gusta despulpar, cortar, llevar y vender, todos en la comunidad saben cómo hacerlo; yo incluso tuesto mi propio café de la forma tradicional (en un comal)”. Junto con su hermano, Irma trabaja en la finca tras haberla heredado de su padre hace dos años. La finca ha sido propiedad de la familia desde 1952. Se unieron a Prácticas C.A.F.E. en 2020 y, desde entonces, han recibido 170 cafetos resistentes a la roya. Irma está orgullosa de la calidad de sus cultivos y considera el café como un artículo que siempre ha estado ahí para ella y su familia. Ama a la tierra y a los granos que crecen en ella.
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