Si hay 2 motivadores comunes entre empresarios y ejecutivos, esos son:
1️⃣ El interés por los resultados económicos.
2️⃣ La obsesión por mejorar su estatus continuamente.
Y muchos diréis ¿Y cuál es el problema en que a alguien le guste ganar dinero o gozar de una posición privilegiada, cuando, además, se lo puede permitir?
Y la respuesta es que, el problema no radica en que a alguien le guste ganar dinero o gozar de un estatus superior al resto de personas a su alrededor, sino que se crea que a todos los que le rodean les gusta y motiva lo mismo que a él o ella.
1️⃣ Ni a todas las personas les motivan las mismas cosas.
Cuando tu prioridad es ganar dinero y mejorar tu posición social, a la hora de, por ejemplo, decidir acerca de qué incentivos mejoran la motivación de tus empleados, le das prioridad a lo que a ti te motiva, olvidándote de lo que motiva a esas personas, sin reparar en que:
2️⃣ Ni el dinero es, por mucho que algunos insistan, capaz de generar compromisos sólidos, ni motivar a nadie en el largo plazo.
Si echamos un vistazo a los regalos que realizan a sus trabajadores la mayoría de las empresas durante, veremos que abundan las cestas, las cenas de empresa y el pago de incentivos económicos tipo bonus.
¿Por qué regalas una cesta de navidad?
Al preguntar a empresarios y ejecutivos por qué regalan este tipo de cosas, las 3 respuestas más habituales son:
1️⃣ “Porque a mí me gustaría que mi jefe me regalase algo así”
2️⃣ “Porque es una tradición y cuando las cosas van bien, es bueno que vean que el “jefe” es generoso y “reparte”.
3️⃣ “Para motivarles y reconocer su trabajo”.
El problema es que, al no entender cómo funciona la motivación desde el punto de vista de la psicología, estos líderes empresariales no son tan siquiera conscientes de lo irracional de su decisión. Una decisión tomada, como digo, en base a la creencia de que a todo el mundo le gusta lo mismo que a ellos.
Este tipo de conducta termina generando un doble impacto negativo:
1️⃣ En 1er lugar realizan una inversión económica que resulta estéril, lo que les produce frustración. Es habitual escuchar a empresarios y ejecutivos quejarse de lo poco agradecidos que son sus empleados con los regalos que les hacen “Nunca están contentos, aunque te gastes un dineral en cestas o en llevarlos a cenar”
2️⃣ En 2º lugar su decisión genera una enorme frustración a sus empleados, que constatan lo que la gran mayoría piensa… “Mi jefe se cree que todo se arregla con dinero, con una cesta o con una cena de empresa.”
Las 3 claves de la motivación en el trabajo
Te voy a contar 3 claves que, aunque no lo creas, son la esencia de la motivación humana.
1️⃣ A los seres humanos no hay que motivarlos, sino ayudarles a lograr aquello que les motiva.
2️⃣ Los programas de incentivos basados en recompensas económicas o materiales (extrínsecas) son completamente efímeros y no generan compromiso en el largo plazo.
3️⃣ Poder disponer de más tiempo para disfrutar de tus hijos, tu pareja, tus amigos y tu vida personal, tiene un efecto motivador mucho mayor que el dinero o los regalos.
El dinero nunca recompensa un enorme sacrificio emocional
Ningún premio económico es nunca suficiente, ni adecuado, para compensar un esfuerzo emocional extraordinario por parte del trabajador. A la mayoría de los seres humanos, por encima del dinero, del trabajo nos motivan 3 cosas:
1️⃣ Sentir que gozamos de un alto grado de libertad y autonomía, por lo que no es necesario que nos estén supervisando y cuestionando continuamente.
2️⃣ Poder construir relaciones basadas en la confianza con nuestros compañeros, en las que nos podemos mostrar vulnerables sin miedo a ser atacados.
3️⃣ Sentir que somos reconocidos por nuestros compañeros, jefes, familiares y amigos y que nuestro trabajo es causa de orgullo y satisfacción para “los nuestros”.
5 paradigmas tóxicos con los que debemos acabar
Por eso, para lograr un cambio de paradigma sobre lo que motiva a los empleados exige derrumbar algunos viejos conceptos, demasiado arraigados en la mente de muchos ejecutivos y empresarios.
Existen cinco creencias que debemos desterrar, ya que no solo no contribuyen a mejorar la motivación, sino que contaminan la relación entre empresa y empleado, generando ambientes de trabajo tóxicos y provocando una continua pérdida de talento, como:
1️⃣ “Ganar dinero es el propósito principal de una empresa.”: Si bien es cierto que las empresas necesitan ganar dinero para sobrevivir y ser viables en el largo plazo, ganar dinero no debería ser el único propósito de una empresa.
El propósito para la mayoría de seres humanos trasciende de lo estrictamente económico, por tanto, la motivación de un empleado, una vez cobra un salario “decente” que le permite cubrir sus necesidades vitales de manera holgada, nunca tiene que ver con acumular más dinero, sino con la autonomía, la confianza y el reconocimiento.
2️⃣ “Hay que separar el trabajo de lo personal.”: Pensar que las decisiones que tomas como líder en una empresa no afectan de forma directa al humor, la salud y el bienestar presente y futuro de tu equipo es un claro signo de escasa inteligencia emocional.
No existe una vida “profesional” y una vida “personal”, sino una sola vida y todo lo que ocurre en el plano personal, laboral o social, afecta, en su conjunto, a los sentimientos y actitudes de las personas.
3️⃣ “Es mi empresa y soy yo el que se la juega”: Cuando un empresario o ejecutivo ostenta su poder de forma coercitiva o prepotente, en la creencia de que él o ella son de “otra especie” diferente, con otras “capacidades”, lo que está consiguiendo es alejarse de su equipo.
Los seres humanos respetamos más a aquellos que se muestran como iguales que a los que nos tratan como inferiores. El respeto se gana a través de la construcción de confianza, la escucha y la empatía.
4️⃣ “Lo más importante es cumplir los objetivos marcados”: La relación entre los miembros de un equipo nunca puede regirse por el axioma de que el fin justifica los medios.
Pretender obtener buenos resultados a costa del bienestar y la satisfacción de los empleados, tarde o temprano, genera un desgaste insostenible que deriva en desmotivación y falta de compromiso, además de causar un enorme impacto en términos de salud.
5️⃣ “Lo que no se mide no se puede gestionar”: Contar con indicadores para medir los resultados es importante y necesario, sin embargo, existen elementos mucho más valiosos que no se pueden medir, como la salud mental, la motivación, la confianza o el compromiso.
Desdeñar emociones, afecto y reconocimiento únicamente porque no existe una escala para medirlos, como hacemos con otras cuestiones tangibles del ámbito empresarial, o incluso intentar medirlos con KPIs tradicionales es una muestra de escasa inteligencia emocional.
Conclusiones
Es necesario que comencemos, de una vez por todas, a dejar atrás todas estas viejas creencias. La premisa sobre la que hay que partir es que no a todos nos motivan las mismas cosas, especialmente cuando esas cosas son materiales.
La psicología cognitiva y la neurobiología han dado una vuelta de tuerca a la regla de oro de las relaciones entre seres humanos, que dice «Trata al prójimo como deseas que ser tratado». Hoy en día sabemos que más que como te gustaría ser tratado, debemos tratar al prójimo como desean ser tratados, ya que a todas las personas no nos gustan o disgustan las mismas cosas y ese principio original, siendo válido, resulta algo egoísta.
Lo que también nos ha permitido descubrir la psicología organizacional es que los elementos comunes en términos de generación de entornos laborales motivadores son 3: la autonomía, la confianza y el reconocimiento de nuestra contribución; estos son los pilares de la generación de compromiso y motivación, no el dinero o los regalos materiales.
¿Qué medios utilizas para motivar a tus empleados? ¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a cada uno de ellos que les motivaba?
¿Eres consciente del impacto de la desmotivación en los resultados de una empresa?
¿Hora de reflexionar?
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Un saludo
Escrito por: Jordi Alemany –
Senior Executive & Business Mentor | Specialized in Leadership, Talent Development & Organizational Excellence
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