Como es costumbre, año con año planificamos la cena, escribimos nuestros propósitos, redactamos mensajes de felicitación e imploramos por un año mejor. Buscamos buenos deseos y pedimos ser más creativos. Pero en años tan críticos, resulta difícil ver hacía al futuro. ¿Cómo será el futuro entonces? Nos gusta pensar en ello, especular, imaginar, teorizar. No lo sabemos. No lo vemos. Lo que sí vemos es el presente, el contexto actual. El momento. ¿A dónde vamos? Bien, las empresas continuarán trabajando en la nube, para lo que tendrán que reforzar la seguridad de sus sistemas, ellas ya no debatirán si adoptar el trabajo remoto o no, sino con cuánta rapidez y eficiencia pueden hacerlo. Con las compras digitales al alza y el sector del videojuego ganando protagonismo, todo indica que el metaverso representará un nicho de negocio bastante importante. La progresiva digitalización y la gestión de datos de clientes, empleados, procesos y productos, cada vez más genera una mayor recopilación de información, lo que aumenta la necesidad de manejarla de forma eficiente. Replantearemos la experiencia. La experiencia del empleado. Si hoy en los negocios estamos en una economía de experiencias eso se tiene que trasladar a la experiencia del empleo, desde cómo me tratan desde que estoy aplicando las pruebas para entrar, hasta cuando me asciendan por realizar exitosa y profesionalmente mi trabajo. ¡La salud mental será prioridad! Será imperativo decidir en qué tipo de emociones queremos centrar la promesa, los mensajes y la experiencia de marca. Es necesario, que los productos y servicios incluyan una dimensión emocional. Hoy es fundamental vender algo que mejore de alguna forma la vida de la gente, para conseguirlo hay que hacerles sentir, no sólo pensar que somos la solución a alguno de sus problemas. Todo debe estar conectado y orientado hacia despertar las emociones de los clientes. La eliminación y creación de nuevos puestos de trabajo será realidad en cuestión de meses. De acuerdo al Foro Económico Mundial, se plantean cinco competencias laborales que deben adquirir los profesionales para que el siguiente año puedan competir en el mercado laboral:
- Pensamiento crítico y análisis
- Aprendizaje activo y estrategias de entrenamiento
- Creatividad, originalidad e iniciativa
- Diseño tecnológico y programación
- Pensamiento analítico e innovación
Estamos dejando atrás el mundo que conocíamos, en el 2020 vimos cómo se rompieron todas las estructuras que lo mantenían en pie, en el 2021 observamos cómo las nuevas bases se establecían y en el 2022, veremos las nuevas reglas de un mundo brutalmente conectado. La pregunta es: ¿realmente queremos un mundo hiperconectado? Donde todos nuestros datos e información vital, personal y profesional estén en la nube. Todos compramos, grabamos, comentamos, compartimos… No lo vemos ahora pero necesitaremos un nueva regulación sobre nuestro estar en el metaverso, un respaldo legal de nuestros datos, seguridad digital de nuestra persona. No necesitamos qué nos coarten a la hora de intercambiar y utilizar datos. Lo que necesitamos es conocer quién, dónde, cuándo y para qué recopilan nuestros datos, respetando en todo caso nuestra libertad personal a la hora de ceder o no nuestros datos. El futuro es incierto. Pero se puede saber cómo será el terreno. Si observamos bien el presente.
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