A veces nos extienden invitaciones que aceptamos con gratitud y felicidad, y otras veces nos llegan invitaciones que rechazamos con cualquier excusa, real o no. Para quienes deseen rechazar alguna invitación no deseada, aquí va una lista de declinaciones de personas célebres, algunas más que otras. Hay rechazos educados y elocuentes, hay otros que son más bien todo lo contrario. Eso sí, todos son extraordinarios. Pasen por aquí: “Gracias por su invitación a conducir un evento para recaudar fondos para beneficencia en el salón privado de un restaurante de Londres. Antes que hacerlo, prefiero morirme.” Harold Pinter (Carta a Tom Stoppard, 2001) “Lo siento, pero no deseo aceptar el título honorario que usted me ofrece. Ya tengo un título, honradamente obtenido, de la Universidad de Princeton. Cuando me lo dieron, recuerdo haber visto a los que recibían su título honorario; sentí que un título ‘honorario’ era una degradación de la idea de que un diploma debería confirmar que uno ha hecho alguna clase de trabajo.” Richard Feynman (Carta a Robert Boheen, 1967) “¡Una cena! ¡Qué horrible! ¡Yo seré la excusa para matar a todos esos desgraciados animales! Gracias por nada. Los sacrificios sangrientos no son lo mío.” George Bernard Shaw (Carta a Archibald Henderson, 1930) “Puedo imaginarme escribiendo la contratapa de un libro en el que Brian Aldiss desdeña mi trabajo, porque luego estaría orgullosa de mi magnanimidad. Pero no puedo imaginarme escribiendo la contratapa de un libro que no solo no incluye trabajos de mujeres, sino que además tiene un tono tan engreído, tan exclusivamente masculino como un club o un vestuario. Eso no sería magnanimidad sino estupidez. Caballeros, yo no pertenezco allí.” Ursula Le Guin (Carta a John Radziewicz, 1987) “Gracias por su carta invitándome a formar parte del Comité de Artes y Ciencias de Eisenhower. Debo rechazar la invitación, por razones secretas.”
- B. White (Carta a J. Donald Adams, 1956)
“No puedo ser útil para usted ni para sus estudiantes ya que, a los 84 años, parezco una iguana, odio viajar, y no tengo nada para decir. Sería más apropiado enviarle un petardo en mi lugar.” Kurt Vonnegut (Carta a Alice Fulton, 2007) “Gracias por su carta del 10 de enero. Yo sería inútil en ese debate, principalmente porque llevo 24 años muerto. Además de eso, odio a los científicos y odio a los artistas. De hecho, odio a todo el mundo, incluyéndolo a usted. Avíseles que esa es la razón por la que no asistiré al debate.” Spike Milligan (Carta a Cameron Robson, 1990) “Gracias por ofrecerme este honor: me siento muy halagada. Pero llevo algún tiempo preguntándome ‘¿Dónde está este Imperio Británico?’ Hoy no existe. Y veo que no soy la única que se lo pregunta. Hay algo de fantasioso en un honor que se da en nombre de un Imperio que no existe. Y otra cosa. Cuando era joven hice lo que pude para destruir esa parte del Imperio Británico donde me encontraba, es decir, la vieja Rodesia del Sur. Es desagradable que una persona mayor acepte honores de una institución que atacó cuando era joven. Aun así, ¡qué delicia ser una Dama! Me encantaría. ¿Dama de qué? ¿Dama de Gran Bretaña? ¿Dama de las Islas Británicas? ¿Dama del Commonwealth? ¿Dama de…? No importa. Por favor, disculpe mi grosería. Lo siento, realmente lo siento.” Doris Lessing (Carta al secretario privado del Primer Ministro británico, 1992) “Su carta está basada en la presunción de que existe alguna razón o necesidad de parte suya para entrevistarme o escribir sobre mí. Como usted correctamente supone, ocasionalmente ingiero alimentos y (como resultado) voy al dentista, pero eso no me hace aceptar que un extraño me cague encima.” Lucian Freud (Carta a Lynn Barber, 1993) “Después de cinco años, usted ha tenido la amabilidad de invitarme nuevamente a almorzar. La razón es que acabo de publicar un libro exitoso: la razón por la que tengo un libro exitoso es que no salgo a perder mi tiempo y energía, sino que trabajo duro, a la mañana y a la tarde. Si acepto su amable invitación, tendré que salir temprano a la mañana y estaré muy cansada para trabajar a la tarde. Entonce mi nuevo libro no será un éxito, y usted no me invitará a almorzar; o al menos, lo hará con menos frecuencia. Debido a estas circunstancias, usted estará de acuerdo en que lo más sabio para mí será no aceptar su amable invitación.” Edith Sitwell (Carta a la señora Almer, 1931) (Fuente: Letters of Note)
Comentarios