La creatividad es la habilidad más importante que se puede desarrollar en el mundo laboral de hoy. Está enlistada entre las 10 habilidades más relevantes del futuro según el Foro Económico Mundial, debido a que sin la creatividad dentro de una empresa no puede haber ni innovación ni ventaja competitiva que la diferencie del resto.
Sin embargo, las organizaciones apenas ponen atención a ello. De acuerdo con una encuesta de Gallup, solo 29% de los colaboradores asegura que sus empleadores esperan de ellos que sean creativos y que piensen formas distintas para hacer el trabajo.
Por desgracia, son pocas las empresas que le han dado prioridad al desarrollo de la creatividad entre sus trabajadores. Sin embargo, necesitan hacerlo, porque de lo contrario, su empresa corre el riesgo de perder competitividad y / o fallar por completo aumenta el riesgo de desaparecer, sostiene Raphael Spinelli, Director Regional de Udemy Latinoamérica.
El pensamiento creativo es la habilidad de percibir el mundo de nuevas maneras, de hacer conexiones entre ideas que aparentemente no están relacionadas y, con base en ello, diseñar soluciones para objetivos de negocio complejos.
Así que si las compañías desean sobrevivir, es necesario que los líderes se den el tiempo de cultivar el ‘músculo’ de la creatividad a través de la práctica frecuente y de impulsar a sus equipos a que hagan lo mismo.
Por fortuna, la creatividad no es un regalo con el que las personas nacen, sino que es una habilidad que puede ser enseñada y aprendida. Es necesario que los líderes y sus equipos transformen su visión en una en la que la creatividad sea el punto de partida asegura Rafael Spinelli.
Te dejamos cinco claves para que ‘ejercites’ el músculo creativo y con ello puedas encaminarte hacia la senda de la innovación.
- Consume contenido e ideas. Tener un celular en la mano como ya es costumbre es un regalo porque te permite consumir noticias, películas, música o podcasts, y esto abre la posibilidad de conocer otras ideas y puntos de vista que, a la larga, tienen el potencial de cambiar la forma en la que ves el mundo. No sabes qué artículo o qué programa hará que brote una idea brillante y aplicable a algún proyecto o que te ayude a crear un programa de aprendizaje que motive más a tus empleados.
- Dale vuelta al guion establecido. Revisa el status quo de los programas de capacitación de tu empresa e identifica lo que no está funcionando tan bien como debería. Ahora piensa en ideas que puedan ayudar a superar estos problemas. No importa que estas ideas sean pequeñas o que parezcan muy extravagantes, la creatividad se nutre de todo. Se trata de que identifiques los retos de tu trabajo y de que delinees aquellas ideas que pudieran convertirse en soluciones.
- Incuba ideas. Le tienes que dar a tus ideas tiempo para ‘respirar’. En una cultura basada en la productividad como en la que vivimos, es común sentir presión para terminar las cosas y que por ello busquemos dar la impresión a nuestros colegas de que somos muy productivos. Sin embargo, hacerlo no nos permite darle tiempo a que nuestras ideas se desarrollen y para esto se necesita espacio para la autorreflexión. Escribe la idea o iniciativa que traes entre manos y tómate tu tiempo. Déjala unos días, haz otra cosa distinta y luego vuelve a ella. Verás que tu visión estará renovada con el suficiente tiempo fuera.
- Une los puntos. Es hora de que conectes esa idea que traes entre manos con las distintas tendencias tecnológicas o de la industria en la que te desenvuelves, para que de esta manera pueda brotar de tu mente una solución a dicho planteamiento de la mano de la tecnología. No te esfuerces en unir tecnologías que por más que te gusten no encajan con las necesidades de tu empresa. En un papel, haz dos columnas. En una escribe estas ideas nuevas y en la otra las tendencias actuales de tu industria. Luego piensa cómo ambas pueden encontrar un punto de conexión.
- Sigue gente creativa. El último paso para fomentar la creatividad es seguirle los pasos a profesionales de tu área. Busca qué están diciendo los demás líderes e identifica qué es lo que están compartiendo sobre sus éxitos y fracasos. Inscríbete a newsletters, sigue a estos personajes en redes sociales e incluso invítales un café para conversar acerca de la industria. Enlista cinco personas con las que te gustaría conectar y, ¡manos a la obra!
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