Para cualquiera que, como yo, haya trabajado en marketing directo antes de la era digital, la posdata era una parte importantísima de una carta comercial. Era el lugar para reiterar la oferta o el call to action o la fecha de vencimiento, en fin, la información cuya repetición ayudaba a cerrar la venta. En una carta personal o, al menos, no comercial, la posdata puede ser su mismo corazón, la que cierra el pensamiento desarrollado en la misiva, el remate del chiste. Hoy ya (casi) no se escriben cartas, desde luego, pero revisar estas posdatas creativas, divertidas, conmovedoras, breves o extensas, es un ejercicio útil y entretenido. Algunas son de escritores famosos, otras no, pero todas son hermosas, y fueron recopiladas, cuándo no, por el extraordinario sitio Letters of Note. Para que se entienda el contexto, a todas estas posdatas les agregué la “P.S.” (por “Post Scriptum”, expresión más adecuada y que me gusta más). Estimados lectores, pasen por aquí: “P.S.: Por favor disculpame por no enviarte esto por correo, pero todavía no tengo tu nueva dirección.” (Carta de Richard Feynman a su esposa fallecida) “P.S.: Mi respuesta a tu decisión de llamarme ‘Pappy’ es bautizarte con el nombre Huevo, que implica que pertenecés a un estado de vida muy rudimentario y que yo podría romperte y abrirte cuando quiera. Pienso que sería una palabra que se usaría mucho si yo se lo contara a tus amigos. ‘Huevo Fitzgerald.’ ¿Te gustaría ir por la vida con el nombre ‘Huevito Fitzgerald’ o ‘Huevo Podrido Fitzgerald’ o lo que se les ocurra a esas mentes fértiles? Hacelo de nuevo y juro por Dios que te voy a llamar así y va a depender de vos sacarte ese nombre. ¿Por qué buscarte problemas? Te amo, de todos modos.” (Carta de F. Scott Fitzgerald a su hija Scottie) “P.S.: Estoy en una horrible bancarrota. ¿Le importaría pagarme mucho dinero?” (Carta de Edna St. Vincent Millay a su editora Harriet Monroe) “P.S.: Una gaviota acaba de cagar en el techo del convento.” P.P.S.: Otra gaviota acaba de cagar en el techo del convento.” (Carta de Malcolm Lowry) “P.S.: Una de las más notables discusiones que escuché entre un hombre y su esposa, se convirtió en algo maravilloso y teatral, en el mejor sentido, cuando el marido decidió que no iba a responder con gritos, y ella gritó ‘¡No te atrevas a hablarme sin levantar la voz!’ (Carta de James Thurber) “P.S.: ¿No bebés alcohol? He notado que hablás con desprecio de la botella. Yo bebo desde que tenía 15 años y pocas cosas me han brindado más placer. Cuando trabajás duro todo el día con tu cabeza y sabés que debés trabajar nuevamente al día siguiente, ¿qué mejor que el whisky para cambiar tus ideas y hacer que corran en otro plano? Cuando estás frío y mojado, ¿qué otra cosa te puede dar calor? Antes de un ataque, ¿qué mejor que el ron para darte un momentáneo bienestar? Prefiero no comer de noche antes que no beber vino tinto. El único momento en que no es bueno es cuando escribís o cuando te peleás. Eso hay que hacerlo sobrio. Pero siempre ayuda a mi puntería. La vida moderna es a menudo una opresión mecánica y el licor es el único alivio mecánico. Avisame si mis libros ganan dinero y yo iré a Moscú y encontraremos a alguien que beba y nos beberemos mis ganancias para terminar con la opresión mecánica.” (Carta de Ernest Hemingway a Ivan Kashkin) “P.S.: Esta carta es bastante larga pero no tuve tiempo de hacerla más corta.” (Carta de E. B. White a su esposa) “P.S.: Dale saludos a George Carter, y agradecele por haberte quitado la pistola cuando me estabas disparando.” (Carta de Jordan Anderson, ex esclavo, a su antiguo dueño) “P.S.: Yo no creo que cuatro mil libros constituya una cifra de ventas miserable. Deberías pensarlo en un contexto más amplio. Si hubieras vendido cuatro mil gatitas de color marrón, por ejemplo, pensarías que fue todo un éxito.” (Carta de la escritora Sylvia Townsend Warner) “P.S.: Tu retrato está enmarcado y colgado en mi oficina, pero debo aclararles a mis visitantes quién sos, ya que nadie te reconoce sin tu cigarro y tu revoleo de ojos. Tengo que conseguir un cigarro que sea digno de vos.” (Carta de T. S. Eliot a Groucho Marx) “P.S.: No estás en posición de determinar qué separa a las estrellas de las divas, ya que no sos ninguna de las dos cosas, y tampoco una autoridad en el tema.” (Carta de Aretha Franklin a la columnista Liz Smith) “P.S.: La última vez que te vi, eras una de las mejores personas que yo haya conocido. Ahora me entero de que estás aprendiendo a bailar. Eso te hace perfecta.” (Carta de Kurt Vonnegut a su hija Nanette) (Fuente: Letters of Note)
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