Nadie tiene el secreto para un buen matrimonio simplemente porque lo que le sirve a uno puede que no le sirva a otro, sin embargo, existen pautas que vienen más desde el sentido común. Cosas como nunca perder la admiración de la otra persona, ser detallista y poner el respeto como máxima del hogar, esas son características que fácilmente pueden extrapolarse a la relación de una marca con su consumidor. Si bien es difícil pedirle fidelidad al consumidor, pienso que vivimos en una sociedad en la que todo cambia de forma tan rápida que el ser humano necesita algo de estabilidad, así que si encuentra un producto o servicio que lo satisfaga, que cumpla plenamente sus expectativas y que lo haga feliz, ¿por qué habría de ir a buscar a la competencia? Partamos del conocido ritual a la hora de casarse para ilustrar algunos de los aspectos que siempre deberías tener en cuenta con el público al que deseas conquistar: Algo nuevo: Para nadie es un secreto que la rutina acaba con el amor, por lo tanto debemos buscar sorprender a nuestro consumidor con miradas frescas acerca de su propia vida, insights que permitan una conexión emocional y que no solo le hagan saber que lo conocemos bien sino que lo hacemos porque somos como él. Algo viejo: Una de las herramientas más efectivas del marketing es la nostalgia y es porque nos evoca algún momento donde fuimos muy felices, ya sea en algo de nuestra infancia o simplemente en la historia que ya tenemos con la marca y que nos permite disfrutar de sus rituales y tradiciones. Algo prestado: Los mejores anuncios son los que recurren a elementos conocidos, ya sean íconos de la cultura popular o noticias de actualidad. El tomar prestados algunos elementos del mundo moderno, hace que el consumidor pueda rápidamente contextualizarse y empatizar más fácilmente con nuestro mensaje. Algo azul: En las bodas el llevar algo azul simboliza la pureza en el amor, por lo que se hace más que necesario recordar que en el vínculo que buscan las marcas con sus audiencias se necesita total transparencia. De nada sirve una marca que habla y luce muy bonita, cuando por dentro solo tiene intereses comerciales. Un matrimonio es un compromiso mutuo, si uno de los dos incumple su palabra la relación carece de sentido, por eso mi invitación es siempre a la coherencia y que tu storytelling vaya siempre en línea con tu storydoing.
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