En 1903, Marie Curie se convirtió en la primera mujer en ganar un Premio Nobel: ganó el de Física, que compartió con su marido Pierre por sus investigaciones sobre radioactividad. Tres años después Marie enviudó cuando, en París y durante una noche lluviosa, su marido resbaló en la calle y se cayó debajo de un carruaje; murió instantáneamente. En 1910, la científica encontró consuelo en Paul Langevin, un joven profesor de física que había sido protegido de Pierre. Paul estaba separado de su esposa, y esta, enfurecida por el romance, contrató a un matón para que invadiera el departamento de la pareja y robara sus cartas de amor, que luego filtró a la prensa. Los periódicos de la época definieron a Marie Curie como una “extranjera judía destructora de hogares”. En ese momento, Marie viajó a una conferencia científica en Bruselas, donde conoció a Albert Einstein, y cuando regresó a París encontró una turba furiosa protestando en la puerta de su casa. Ella y sus hijas tuvieron que mudarse a la casa de un amigo de la familia. Cuando Einstein supo del escándalo, se enfureció por la grosería y crueldad de la prensa: los diarios habían tomado una situación privada y la habían hecho pública con el propósito de destruir la reputación científica de Curie. Entonces Einstein, que consideraba a la amabilidad y la bondad como los estímulos principales para la vida, le escribió una carta a Curie expresándole su apoyo y solidaridad, y alentándola a ignorar los comentarios periodísticos llenos de odio. Esta carta es una muestra de la generosidad que acompañaba el gigantesco intelecto de Eisntein. Es una obra maestra de lo que él mismo denominaba “genio espiritual”. Más tarde, el físico sostuvo que “de todas personas famosas, Marie Curie es la única a quien la fama no ha corrompido”. Esto es lo que le escribió: Muy estimada Señora Curie: No se ría de mí por escribirle sin tener nada importante para decirle. Pero estoy tan enojado por la manera en que el público la está tratando, que necesito descargar este sentimiento. Sin embargo, estoy convencido de que usted consistentemente desprecia esta chusma, ya sea cuando la respeta con generosidad o cuando intenta saciar su apetito por el sensacionalismo. Estoy obligado a decirle cuánto admiro su intelecto, su voluntad y su honestidad, y que me considero afortunado por haberla conocido personalmente en Bruselas. Cualquiera que no pertenezca a este grupo de reptiles está feliz, ahora igual que antes, de que contemos con personas como usted, y también Langevin, gente real con la que uno se siente privilegiado por estar en contacto. Si la chusma sigue ocupándose de usted, simplemente no lea esa basura, solo déjela para el reptil para quien fue elaborada. Les envío mi muy amistoso saludo, a usted, a Langevin y a Perrin, A. Einstein Poco después del escándalo, Marie Curie recibió su segundo Premio Nobel, esta vez en Química, por haber descubierto el radio y el polonio. Hasta hoy, es la única persona en la historia que ganó un Nobel en dos ciencias diferentes. Nadie recuerda a los que intentaron ensuciarla. (Fuente: brainpickings.org)
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