La Kikis (LK), standupera mexicana, dedicada a esta industria desde hace 8 años, ha sido reconocida como una de las mejores comediantes LGBT. Kikis ha sido parte de Stand Up de Comedy Central así como del programa “Bar Central” y “Drunk History” además de fungir como guionista para el programa “La Culpa Es De Cortés” entre otros logros que ha conseguido acumular a lo largo de su trayectoria.
Sus shows están cargados de humor inteligente, ingenioso, reflexivo e irreverente. En esta ocasión pudimos compartir una interesante charla con ella, en la que nos muestra que además de ser comediante, busca construir una sociedad más equitativa e igualitaria.
RB: ¿Qué representa la comedia para los mexicanos?
LK: La comedia es una válvula de escape de la olla exprés, es donde la mayoría encontramos el desfogue; una manera de gritar, sin tener que hacerlo literalmente, sino a través de la risa.
Se ha dicho durante décadas que los mexicanos nos podemos reír de todo, hasta de la muerte, pero a mí me parece que eso es un mito: la verdad es que somos bastante delicados, muy “mírame y no me toques”. Ejemplos hay muchísimos: “me río y todo, mientras no se metan con mi equipo de fútbol, o mi partido político, o -si no eres mexicano- mi país”.
La risa puede ocuparse como escudo o como espada. En mi caso, desde que tengo memoria, he ocupado el humor como una tabla de salvación. Desde muy chavita me bulleaban por parecer niño. Iba en escuela religiosa, de puras mujeres y era el frijol en el arroz.
‘Gracias’ al bullying aprendí que si eres capaz de reírte de ti misma, desarmas completamente a la otra persona
Cuando tú haces reír, lo importante es que los 2 nos ríamos. Si solo uno lo está siendo, es una espada. La risa es un arma de doble filo muy poderosa y los comediantes tenemos una gran responsabilidad al respecto.
RB: ¿Hasta dónde consideras que la industria del stand up tiene influencia sobre lo que pasa alrededor de nosotros?
LK: Yo creo que la sociedad y la comedia son un espejo muy fuerte, que nos reflejamos mutuamente de una manera muy ‘tal cual’, sin filtro.
Antes, por ejemplo, la sociedad mexicana era mucho más machista, misógina, y homofóbica y así era su comedia. Ahora la sociedad es más crítica, aguda y puntual, y así su comedia. Creo que el stand up no pudo haber sido antes, en esa época de machismo cabrón, homofobia y misoginia. No tenía cabida, porque la sociedad era eso. Más allá de que el stand up influya en la sociedad, creo que es un espejo.
RB: ¿Hasta dónde consideras que llega tu responsabilidad en temas de diversidad e inclusión?
LK: Todo generador de contenido tiene la responsabilidad de hacerlo bien, y todos tenemos facebook, instagram, twitter… por lo tanto, todos somos generadores de contenido y creo que así tenemos que asumir la responsabilidad: Cada uno de nosotros tiene un micrófono y una cámara en la mano.
Todos tenemos que ser responsables de lo que sale de nuestra boca, nuestras manos y nuestro entorno. Entre más responsables nos hagamos, mejor será la sociedad en la que nos desarrollemos.
Los que tenemos un amplificador, como es un escenario o mayor audiencia, tenemos más responsabilidad de generar un cambio, de dejar el mundo mejor del que lo encontramos
RB: ¿Cómo ligas estos temas -inclusión y diversidad-, en tus presentaciones y con tus seguidores?
LK: En mi show de stand up, la verdad es que no hablo de “yo soy lesbiana”. Mi primer show de stand up sí fue así: hablaba de ser lesbiana, de tipos de lesbianas, de cómo las lesbianas tal, etcétera… y me alejé de eso, porque en ese entonces pasó algo muy importante que es fundamental para el crecimiento de esta sociedad y para un mundo más inclusivo: la normalización.
Mi papel y responsabilidad en el escenario es la normalización, yo ya no digo que soy lesbiana, yo digo ‘fui con mi novia al cine’, ‘estaba en el súper con mi novia’, ‘entonces mi novia me dijo’…Ya no tengo que hacer una declaratoria ni salir del clóset en cada show
Primero, porque se me nota a 15 kilómetros que soy de la comunidad, pero después porque la normalización es fundamental para la visibilización, aceptación y respeto.
RB: ¿Como mujer, a qué te has enfrentado dentro de esta industria?
LK: Uff… a un montón de creencias viejas acerca de que las mujeres no somos chistosas. La credibilidad es algo que las mujeres nos tenemos que ganar a pulso, no sólo en la comedia, ahí fue mi caso, pero si eres abogada o contadora pública, igual vas a tener que esforzarte tres veces más para que te crean que eres buena en lo que haces.
La comedia en particular, históricamente ha sido manejada por hombres: hecha, dirigida, grabada y televisada por ellos, y las imágenes femeninas eran ridiculizadas y caricaturizadas.
Que una mujer pueda salir como es, ser quien es con un micrófono, y demostrar que es tan o más chistosa que cualquier comediante, es complicado, que te tomen en serio en un mundo de, por y para hombres, es lo que más cuesta en el mundo de la comedia.
RB: ¿Alguna vez te sentiste limitada por tus preferencias sexuales?
LK: Fíjate que pasa algo muy chistoso y me parece que es un doble filo muy fuerte, las mujeres no hacen reír, esa es la premisa. A mí me dicen: ‘A ti se te da hacer reír, pero porque eres lesbiana’. Pareciera que las lesbianas tuviéramos súper poderes cabrones: ‘Las mujeres no saben manejar, no se saben estacionar, no pueden cargar un garrafón… bueno, tú sí, porque eres lesbiana’
Como mi imagen física y mi orientación sexual, se asemeja más a la de ellos, soy “más hombre que las mujeres”, entonces me toman más en serio. Eso es machismo, y gracias a este machismo y al patriarcado, se me han abierto más puertas de las que se me han cerrado. Es un -mal- “privilegio” del cual gozo y espero que deje de serlo para mí y sea para todo mundo, que se tome en serio a todas las mujeres que tienen algo que decir.
La comedia no tiene sexo ni género. No es comedia femenina ni, para mujeres, ni para lesbianas. Es comedia y ya.
RB: ¿Tú qué crees que deberíamos estar haciendo en pro de una sociedad más equitativa e igualitaria?
LK: Deberíamos de estar reconociendo el privilegio en el que estamos montados. Ese el primer paso, y el segundo es luchar porque esos privilegios desaparezcan y sean de todos.
Creo que tenemos que dejar de pensar que si no es nuestro problema no está pasando: ‘si no me están discriminando, quitándome mis derechos, no me pegan, entonces a nadie le pasa’
Yo quiero que mis ‘privilegios’ desaparezcan porque sea algo que todos tienen. Cuando tú tienes un privilegio es porque alguien más no lo tiene. La sociedad equitativa es cuando nadie goza de un privilegio diferente, todos tienen los mismos derechos, las mismas oportunidades y la misma libertad.
RB: ¿Cuál es el futuro que visualizas dentro de esta industria en nuestro país?
LK: Una de las características que tiene la mayoría de los comediantes de stand up, es la crítica, autocrítica y crítica de la sociedad. Somos muy criticones y juzgones, pero creo que esa crítica y ese juicio, bien enfocado, viene al crecimiento.
Los comediantes deberíamos auto-gestionar nuestros pensamientos y palabras para que así, nuestros discursos en el escenario -o sea nuestros chistes- ,dejen de ser homofóbicos, misóginos, machistas, patriarcales, racistas… que dejen de tirar a la minoría y empiecen a tirar para arriba
RB: ¿Cuál es el mensaje en temas de diversidad e inclusión que ‘La Kikis’ busca dar?
LK: Esto nunca lo he dicho en voz alta, está muy fuerte: Yo, siendo abiertamente lesbiana, siento la obligación de ser buen pedo, para que no digan “uta, es que pinches lesbianas, son un higadito», es un gran peso, y luego le sumas que soy comediante medianamente conocida, entonces también siento que debo serlo porque no quiero toparme a alguien en la calle que conoce mi chamba y diga “uta, es insoportable esta vieja”, cuando la verdad es que yo no tendría que ser buen pedo siempre, pero es un peso que cargo porque no quiero que a mi comunidad la visualicen de mala manera.
Por otro lado, creo que lo que yo aporto, desde mi cotidianidad, es la normalización. Soy abiertamente lesbiana 24/7: con mis vecinos, en lo familiar, laboral, social, en la intimidad y en lo público. Esa es la semilla que aviento para que los que vienen atrás tengan un mejor camino que el que nos tocó a nosotros.
Salgo de la mano con mi novia y digo en voz alta que soy lesbiana, por toda la banda que no puede hacerlo. Creo que si todos aplicamos el ‘por la banda que no puede’, lo haríamos mejor.
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