Humorista, dibujante, escritor, guionista, colaborador de Les Luthiers, todo eso y más fue el enorme Roberto Fontanarrosa. Nació en Rosario, Argentina, en 1944 y murió también allí en 2007. En humor gráfico, sus personajes más célebres son Inodoro Pereyra y Boogie “el aceitoso”. Como escritor, hizo tres novelas y varios libros de cuentos. En fin, espero que no haga falta dar más detalles sobre el Negro, uno de los tipos más talentosos que haya producido este país. Si bien releo constantemente a Fontanarrosa (uno de mis ídolos indiscutidos) las obras a las que vuelvo con más frecuencia son sus volúmenes de cuentos. En algunos de estos relatos aparece el personaje de Ernesto Esteban Etchenique y sus aforismos, verdaderas perlas de iluminación que me he tomado el trabajo de seleccionar y que aquí comparto.
- Quiso ser eterno. Y fue técnico electricista.
- Escupir hacia arriba sin mancharse uno mismo. ¡He ahí la verdadera ciencia!
- Si todos los hombres del mundo se tomasen de las manos… ¡cuán larga sería esa fila!
- Piensa un minuto y serás justo. Piensa una hora y se te hará tarde.
- Quieres vivir todos los días. Ya aburres.
- La paciencia espera. La virtud observa. El pato parpa.
- El hijo de la sabiduría y el honor, ya camina.
- El fruto de la codicia es amargo. Pero no hay otra cosa.
- Amigos son los huevos, que están en el mismo nido y nunca se regañan.
- Me descalcé en la oscuridad. Y pisé algo.
- No intentes demostrarme tu escepticismo. Yo no te creo.
- Si tu mejor amigo te incrusta un puñal en la espalda… desconfía de su amistad.
- Un dibujo vale por mil palabras. Y si es de Picasso…
- El pavo real abre su cola sin importarle si es feriado.
- Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo.
- Reprochas al sordo que no te escucha. ¡Grítale más fuerte!
- Dios me señaló con su dedo… ¡y me lo metió en un ojo!
- Aun viéndote sucia y borracha, me arrodillo para nombrarte: “¡Madre!”
- Te regalaría las estrellas, pero te has empecinado en un par de zapatos.
- Quise conocerme a mí mismo. Cuando me hallé, estaba muy cambiado.
- El espíritu del virtuoso es como un espejo. Te miras en él y puedes peinarte.
- En el mundo hay bondad y maldad. Justicia e injusticia. Árboles y tortugas. Hay muchas cosas.
- Aquel que ha tocado el cielo con las manos… ¿cuánto medía?
- Reparad en ese pato que corre. Reparad en aquel cordero que trisca. Reparad esa cerca que huyen los animalitos.
- La última víctima de la guerra dijo, al caer: “¡Qué mala suerte!”
- Haz el mal sin mirar a cuál.
- Consulté con mi almohada y me dijo: “Consulta con tu médico”.
- El humor no debe ser risa. Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo.
- Si tropiezas dos veces con la misma piedra… ¡sácala de allí!
- Cuando alcancé la sabiduría, ella me miró y dijo: “Ya me alcanza cualquiera”.
- El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.
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