RB: ¿Cuál es el objetivo de Cinema Rex? ¿Qué buscan transmitir a través de él?
CR : Mayan Engelman, mi socia, y yo, creamos el cortometraje Cinema Rex, una producción de siete minutos que pretende demostrar el potencial de una historia que puede ser más grande. El concepto nace de un lugar real que existió en Jerusalém, en los años 30´s, llamado Cinema Rex.
Lo que hacía “único”, en la historia del verdadero Cinema Rex, era la burbuja de la cordura, en una ciudad dividida. Como si todo el mundo se peleara durante el día y luego se reuniera para ver películas en ese teatro por la tarde.
Cuando Mayan y yo tropezamos con la idea, entendimos que era una historia que debía ser contada y empezamos a imaginar cómo sería la mejor manera de proyectarlo. Investigamos y leímos sobre grupos de niños en diferentes orígenes que se reunían para ver las películas. Entendimos cómo abordar este espacio y ponerlo en una película animada que guíe al público a través de un mensaje. Nosotros somos de Israel, un país que tiene mucha grandeza y una gran división que no es desconocida para nosotros. Teníamos la oportunidad de contar una historia sobre cómo el cine puede unir a la gente que culturalmente se considera ´enemigos´. ¡Imagínate! Contar una historia sobre este lugar que existió hace muchos años en Jerusalén, pero al mismo tiempo contar una historia sobre el poder del cine. Ambos somos fans de la cultura cinematográfica pero también de la animación, así que podemos contar una historia muy específica sobre de dónde venimos y que también se convierte en una carta de amor a los ojos del cine, que al verla producirá placer.
RB: Después de conocer sobre el origen de Cinema Rex, ¿cuál fue el proceso creativo?
CR : Mayan y yo nos conocimos hace casi cuatro años en una competencia en Israel que toma animadores y guionistas. Nos reunimos en el concurso, desarrollamos el primer borrador de lo que queríamos hacer, y luego ganamos la competencia; así es como empezó todo. Y nos ha llevado casi cuatro años llegar hasta donde estamos ahora. Siempre lo imaginamos como una película Live Action, pero en el proceso entendimos que la industria en Israel, a pesar de sus talentos increíbles dentro de la industria de animación, no deja de ser una industria joven. Así que teníamos que producir una buena prueba de concepto que mostrara la capacidad de producir la animación en conjunto con la fuerza de la historia. Así comenzó, con un desarrollo visual que hizo Mayan. ¡Ella es la mejor! Trabajé en esta historia y creamos juntos los storyboards: Mayan por el lado del diseño con los personajes y yo con la creación de pensamientos conceptuales. Fue una gran colaboración, y luego el trabajo duro consistió en reunir el dinero necesario para hacer una animación de este nivel, un financiamiento que nos llevó casi dos años y medio conseguir. Una vez que tuvimos el financiamiento pensamos en formar un equipo. Reunimos a diseñadores, artistas y animadores que entendieron la importancia de la temática y el trabajo que nosotros queríamos. El final fue bastante desafiante, pero fue un gran proceso creativo que comenzó, únicamente, con Mayan y yo en una habitación. Ahora, estamos trabajando casi a tiempo completo en el largometraje, continuando el desarrollo del guión para un futuro.
RB: A excepción del financiamiento, ¿cuál ha sido el mayor reto al que se enfrentaron durante la producción del cortometraje?
CR: Creo que fue mi papel como productor. Me sorprendió la cantidad de talentos y animadores que hay en Israel, pero para hacer una animación con el nivel que produjimos, me no teníamos a mucha gente que lo supiera hacer bien y tampoco contábamos con la producción deseada. Mayan es una animadora increíble, empezó ella sola y después comenzó a trabajar con un equipo enorme, que le permitió entender cómo crear una línea de tiempo de acción divertida. Lo que comenzó con una idea simple, se convirtió en un proyecto de animación grande. A diferencia de cuando se filma una película, en animación, si se tiene un problema durante el rodaje se puede arreglar cuando lo editas, así que se trata de entender el proceso de cuando trabajas en equipo, para que el resultado sea lo mejor posible. La película animada fue bastante difícil de manejar. Que entendieran cómo la queríamos, fue un reto extra, pero al final nos las arreglamos. Mucha gente me pregunta sobre los largometrajes que queremos hacer y si estamos preocupados; honestamente no. Para el largometraje sabemos lo que tenemos que hacer y cómo ejecutarlo.
RB: Al hablar de la amistad de dos niños de sitios rivales, tu cortometraje toca temas que podrían parecer delicados en un mundo cada vez más polarizado. ¿Qué papel crees que la ficción y las historias como Cinema Rex ocupan en el imaginario colectivo?
CR : Hoy en día, por alguna razón, aunque se supone que debamos progresar, vemos más y más división, y creo que incluso para el conflicto en Israel, la solución está en las próximas generaciones. Todos los días aquí en Tel Aviv hay árabes que prácticamente son nuestros vecinos. Puedes ver que los niños no los ven como enemigos, sólo piensan que son otros niños y nosotros tenemos la opción de contar una historia sobre esos niños que encuentran un lenguaje mutuo, que es el cine.
Todo lo que necesitamos al final para encerrar la división es encontrarlos.
La película muda es básicamente así de fácil, un lenguaje que cualquiera puede hablar y entender, pero para nosotros era muy importante mostrar el poder del hecho de que todos somos diferentes, podemos encontrar división en cualquier cosa y al mismo tiempo encontrar algo que nos resulte familiar.
RB : Con respecto a lo anterior, ¿cuál fue la respuesta de la audiencia?
CR : Tiene un mes y medio, todavía está muy fresco, pero puedo decirte que es un proyecto muy importante para nosotros, no será como cualquier otra película.
Queremos que entiendan que no es propaganda, sino una película que habla sobre la importancia de la amistad y el poder del cine.
Por la retroalimentación que nos dieron, mientras nos dirigíamos a Annecy, y en los correos electrónicos que recibimos, creo que la gente lo entendíó.
No es una película política. Es una película sobre el poder de la amistad y del cine. Es na carta de amor al cine.
Sí queremos contar la historia de esta amistad muy específica y sobre este lugar muy específico. Mientras lo desarrollábamos fue muy importante que no se sintiera como una película de agenda, ya sabes, que se sintiera como una historia sobre la amistad.
RB: ¿Qué sigue para Mayan y para ti?
Mayan es súper talentosa, como dije antes, ella está trabajando en un proyecto para Netflix del que no sé nada, porque es totalmente confidencial. Realmente es la persona más talentosa que conozco, así que estoy seguro que le irá increíble. Yo estoy dirigiendo un programa de televisión de estilo musical, y también un documental cómico de doce episodios; pero ambos estamos trabajamos duro ahora mismo para desarrollar el largometraje de Cinema Rex. Tenemos los ojos en el premio, así que queremos ese largometraje, estamos completamente comprometidos.
RB: ¿Qué le dirías al público latinoamericano?
CR: Espero que todos hayamos sobrevivido a este año, y que termine pronto todo esto porque se ha convertido en una pesadilla. También, espero que el cine se abra pronto para ver Cinema Rex pues es una película que todavía no se ha proyectado en pantalla grande. Espero que en América Latina, cuando vean esta película, logren identificar nuestra amistad con el Medio Oriente, porque ese tipo de historia son relevantes para cualquier parte del mundo, y que por supuesto realmente la disfruten.
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