La escucha asertiva es la habilidad que pueden desarrollar todas las personas para mejorar notablemente la comunicación, como una de las herramientas esenciales de vínculos interpersonales.
Así, se desarrolla la capacidad de establecer una conexión profunda con el otro, e incluso en grupos, libre de preconceptos, juicios o condicionamientos, para alcanzar un acercamiento que permita no sólo interpretar la información que se intercambia, sino poder entender desde dónde está representándose ese mundo interior que transmite. Al incorporar el componente de la gestión emocional de una y otra parte surge un proceso virtuoso, respetuoso y que acerca a un mayor entendimiento.
- Los 3 niveles de escucha asertiva
La escucha es una de las habilidades menos habituales en las relaciones humanas. Muchos suponen que lo hacen cotidianamente; sin embargo, lo que en realidad sucede es que se “oye” el ruido del otro, lo que dice; o se interpreta subjetivamente el contexto (lenguaje corporal, lo fisiológico como el tono de voz, palabras que enfatiza, etcétera).
Para mejorar la habilidad de escucha, necesitas saber que existen tres niveles desde los que operamos según el caso:
- Primer nivel: Mundo interno
En este nivel se escucha sólo la voz; se reconoce un sonido medianamente constante. Es la definición de “oír”, sin prestar atención a otros aspectos. Lo que haces es estar tanto en tu mundo interno, que no sales de él para colocarte con empatía en la posición de ida y vuelta tan necesaria para la buena comunicación.
Definitivamente, el primer nivel presenta un vínculo sumamente superficial del que no podrás extraer nada demasiado interesante ni profundo.
- Segundo nivel: Interés intencional enfocado.
En este caso, creas un nivel de conexión más profundo, ya que en el intercambio de la escucha activa se percibe la voz con todos sus matices y presencia, y, además, todo lo que hay por debajo. Desde el ritmo al hablar, las pausas, los silencios, la corporalidad, los gestos o la ausencia de estos, influyen decisivamente en la calidad de este tipo de escucha.
En este tipo de escucha activa es importante prestar atención al tono de la voz: si suena monótona posiblemente esté reflejando ideas del pasado o preconcebidas; en cambio si suena alegre, dinámica y entusiasta, nos deja saber de apertura y expectativa por enriquecer la comunicación que tenemos.
- Tercer nivel: Rango global de escucha.
Además de todo lo que incluye el segundo nivel, aquí imagina que escuchas en HD, percibes las emociones, las sutilezas sensoriales, los pequeños movimientos de los ojos, la profundidad de la mirada, la tonalidad de la piel mientras el otro se expresa.
Definitivamente es un estadío más completo que te permitirá llegar a captar más profundamente el mundo del otro; dejarás los juicios y las interpretaciones superficiales de lado, y te sumergirás con mayor precisión en lo que el otro dice, lo que narra, lo que siente, lo que manifiesta gestualmente, y así, podrás tener un panorama completo y más asertivo del proceso de interacción.
- 5 consejos para que la escucha activa sea un hábito
1. Evita interrumpir. Escucha el 80% del tiempo. No hay necesidad de llenar los espacios vacíos ni de agregar conceptos que pretendan manipular al otro llevándolo hacia “tu” forma de ver las cosas: acepta todo tal cual se presenta. 2. Haz preguntas trascendentes. La intención es que las formules de manera que logres conectar con el sentido de lo que el otro quiere transmitir, y que abras puentes de entendimiento para ir más profundo. 3. Observa los gestos, matices, pausas, tono de voz, movimientos de los ojos, manos, posición física del otro respecto a ti. Aquí obtendrás valiosa información para poder acompasar, quizás replicando en parte algunos de estos recursos para generar empatía y mayor disposición. 4. Evita hacer juicios automáticos. De esta forma permitirás que el otro transmita su mensaje, ideas, consideraciones y detalles y luego tomarás esa información para transformarla en una herramienta de gestión de la escucha asertiva que sea útil para ambas partes. 5. Focalízate en el otro mientras habla. Tu único pensamiento y energía necesitará estar en la otra persona, para que alcances un mayor estado de conexión profunda, para, desde allí, construir los resultados que (ambos) estén buscando o explorando.
Discussion about this post