Es así. Llevamos semanas viendo la ola despegar. Vimos como agarró desprevenido al mundo. Vimos como arrasó en Italia, España, Francia. Y en tantos otros lugares. Vimos las historias. Leímos las noticias. Recibimos montones de WhatsApps. De familiares y amigos, todavía noqueados, narrando esa nueva normalidad. Vimos los stories. Los comentamos y dimos share. Nos preocupamos. Y al despertar cada día, el tsunami todavía estaba ahí. Apuntando cada vez más cerca. Ahora sí sentimos el escalofrío del viento que acompaña el golpe que está al caer. Va a doler. Va a ser duro. Y lo libraremos. Porque las cosas son así. No tenemos un gobierno ni un sistema en el que podamos confiar. Pero sí un gran país. No tenemos un liderazgo a la altura de lo que vale esta tierra. Pero somos una armada de gente invencible cuando se trata de encarar y levantarnos. ¿Qué va a pasar? No será el gobierno quien lidere ni organice. Seremos nosotros, los mexicanos, desde nuestras trincheras pero bien unidos. Ya lo hemos vivido. Re-conectaremos con esa casta que nos hace tan grandes, tan nobles, tan ingeniosos, tan creativos. Tan humanamente mexicanos. Nos organizaremos para lograr que la ayuda llegue a quien la necesite. Para apoyar a quien toque. Para poner ingenio, dinero, ayuda, materiales, víveres y ánimo con todos. Porque como pocos sabemos echarle más agua a los frijoles para que rindan más y alcancen para todos. Va a ser rudo. Pero lo haremos. Otra vez. De la fase 3 a la fase 10. Y ya sabemos las noticias que veremos. Que nos organizaremos para informarnos en tiempo real de las situaciones. Volverán a brillar las plataformas de verificación de noticias. Otra vez, nos creeremos más entre nosotros que a los canales oficiales y medios masivos. Twitter, WhatsApp y Stories serán una vez más nuestros ojos y voces. Sabremos dónde urge que llegue ayuda. Organizaremos los centros de acopio. Y veremos a los nuevos héroes, el personal de salud que estará al frente, a todos los que se arriesgarán para salir a la calle y lograr que la ayuda, comida y materiales lleguen a donde corresponde. Sabremos hacernos presentes con los que más golpeados quedarán. Estaremos firmes. Y nos enteraremos que los cárteles de narcos mandarán levantar carpas hospitalarias para la gente en varios puntos del país, con material y comida suficiente para ayudar. Lo harán con más velocidad y precisión que el gobierno. Irónicamente será un déjà-vu. Y lloverán memes. Veremos a muchas empresas, micro, pequeñas, medianas y grandes, quitándose la capa mercantil para ponerse guantes y salir a ayudar. Porque antes que compañías son mexicanas. Y es lo que toca. Y estaremos todos. Desde los más humildes a los más pudientes. Todos humanos. Todos mexicanos. Una vez más. No hablando. Haciendo. Levantándonos como corresponde. Como sabemos hacerlo. Con esa mística que sólo se entiende si vives en este país. Se viene otro madrazo, sí. Uno de escala mundial. De los que sabemos sortear. Y que nos pondrá de nuevo como ejemplo en el mapa. Se nos viene el tsunami. Pero lo vamos a navegar. Con coraje, huevos y un foco total en accionar. Una vez más, nos toca brillar, México. Hagamos esto juntos.
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