En el peor momento de la Segunda Guerra Mundial, Ford compró vallas gigantes en las grandes ciudades americanas. En todas se leía lo mismo: HAY UN FORD EN TU FUTURO.
Una marca puede dar esperanza. Nos hemos llenado la boca hablando de propósito de marca en los últimos años.
Llegó el momento de demostrar que eso es más que una frase bonita en el hall de entrada del edificio corporativo.
Si tu marca tiene una razón de ser, es ahora más que nunca cuando hay que demostrarlo.
Era una pésima época para Italia. Por sobre los tejados semicubiertos por la bruma de Turín, se alcanzaba a ver el enorme cartel de FIAT. Gianni Agnelli llamó a sus colaboradores más cercanos y les enseñó el cartel.
«Nos llegó la hora de recordar qué significa nuestra marca.
La F es de fábrica. Somos una fábrica. Hemos fabricado de todo para superar crisis. Hemos fabricado coches, trenes, motores de aviones… Somos una fábrica. Y las fábricas, fabrican.
La I es de Italia. Somos italianos. Y tenemos que llevar al mundo lo que somos capaces de hacer. Aquello que nos distingue en todos lados.
La A es de Automobile. Somos, por sobre todas las cosas, fabricantes de automóviles. Vamos a poner más autos al acceso de más gente en el mundo.
La T es de Turín. Nosotros somos de acá. De esta ciudad y tenemos una responsabilidad con el lugar en donde hemos nacido».
Confieso que me dejé llevar por el entusiasmo. No sé si Gianni dijo todo esto. Pero si les deletreó el significado de cada una de las letras.
Agnelli no se limitó sólo a dar una bonita arenga.
Cuando Mediobanca, el banco privado por excelencia de Italia, le exigía que tenía que despedir 60 mil empleados para superar la crisis, Agnelli se negó argumentando que nadie iba a darle empleo a esa gente si Fiat los dejaba ir.
Y no lo hizo. Eligió ir contra corriente. Se fue a Libia y le vendió el 10% de las acciones de FIAT a un país riquísimo, inundado de petrodólares. Esos 400 millones de dólares fueron la inyección que salvó a la FIAT.
Yo soy de los que creen que las marcas pueden ayudar a hacer un mundo mejor.
Nos llegó la hora de probarlo.
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