Lo bueno de tener problemas reales es que puedo dejar de lidiar con mis problemas imaginarios.
Tengo una relación rara con el tiempo. Creo que no me gusta nada no poder controlarlo. Tengo que aprender que no depende de mí. Y aprovechar lo que se me dé. Esta es una época de tener tiempo libre. ¿Qué puedo hacer de nuevo con eso?
Cómo me cuesta ser obediente. Nunca me gustó serlo y encima me dediqué a una profesión donde te premian que te salgas de las normas. Tengo que aprender a obedecer. Hay un sinfín de cosas que tengo que hacer, aunque no las entienda.
No me gusta nada la incertidumbre. No me gusta que no dependa de mí. Voy a buscar certezas más pequeñas por ahora.
No me tengo que enojar con las personas. La mayoría siempre fue bastante tonta. La diferencia es que ahora lo estoy viendo en directo.
No me tengo que olvidar de agradecer que no me tocó un músico malo y entusiasta en el balcón de al lado.
Hacer algo que mejore con el tiempo y el encierro. Escribir, por ejemplo.
¿Cuándo fue la última vez que hice algo por primera vez? ¿Qué podría intentar hacer ahora?
Se puede saturar internet y no funcionar. Tengo que entretenerme sin depender de él.
No quiero que esta crisis pase sin haberme mejorado en algo.
Respirar largo y profundo. Dada la situación actual, es un verdadero privilegio.
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