Mi prima compartió esta bella historia en Facebook. Ojalá sea cierta, no puedo afirmar que lo sea pero sí espero que sirva para que todos desarrollemos esta capacidad para la ironía frente a los matones. Dice así:
Cuando Mahatma Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor llamado Peters le tenía mala voluntad. Los encuentros entre Ghandi y el profesor eran muy frecuentes, y Peters no perdía oportunidad para agredirlo. El indio, sin embargo, no sólo no se achicaba sino que le contestaba con tanto ingenio como acidez. Como en este ejemplo.
Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad. Gandhi venía con su bandeja y se sentó a su lado.
–Estudiante Gandhi, usted no entiende –dijo Peters–. Un cerdo y un pájaro nunca se sientan a comer juntos.
–Quédese tranquilo, profesor –le contestó Gandhi–. Yo me voy volando.
El profesor Peters decidió vengarse en el próximo examen, pero su estudiante respondió de manera brillante a todas las preguntas. Entonces Peters le hizo una última:
–Gandhi, si usted va caminando por la calle y se encuentra dos bolsas, una llena de sabiduría y otra llena de dinero, ¿cuál se lleva?
–Por supuesto que el dinero, profesor –contestó Gandhi.
–Yo, en su lugar, me habría llevado la sabiduría, ¿no le parece? –le dijo Peters.
–Cada uno toma lo que no tiene, profesor –respondió Gandhi.
Peters, furioso, tomó la hoja de examen de su estudiante, escribió “IDIOTA” y se la devolvió.
Ghandi tomó la hoja y se fue a sentar. Unos minutos después se acercó nuevamente a Peters y le dijo:
–Profesor, me firmó la hoja pero no me puso la nota.
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