La historia de Nintendo se remonta a finales del siglo XIX, específicamente al año 1889, cuando Fusajiro Yamauchi comenzó a fabricar naipes, los cuales tuvieron un gran éxito en Japón y en el resto del mundo. Esto lo llevó a fundar, en 1933, la sociedad Yamauchi Nintendo Co. Ltd. para gestionar la venta de cartas.
Durante aproximadamente tres décadas, la compañía se consolidó en la venta y producción masiva de cartas de plástico en Japón; sin embargo, su gran ascenso se dio hasta la década de los 60, cuando la compañía pasó a llamarse Nintendo Co., Ltd. y decidió incursionar en el mercado de los videojuegos.
Durante dos décadas, la empresa innovó en el mundo de los videojuegos, aunque su verdadero salto al éxito a nivel mundial se dio hasta 1984, con el lanzamiento del afamado NES (Nintendo Entertainment System), a través del cual la compañía comenzó a comercializar sus propios videojuegos y a explotar sus licencias.
Algunos de los principales juegos que vieron la luz con esta consola fueron: “The Legend of Zelda”, “Metroid” y “Punch-Out!”, aunque, sin duda alguna, el emblema de esta consola y de Nintendo en general fue el videojuego “Super Mario Bros”, el cual se convirtió en un auténtico fenómeno mundial, trascendiendo las barreras del espacio.
A partir de entonces, Nintendo se transformó en un auténtico gigante, innovando constantemente y llevando la voz de mando en la manera de hacer videojuegos. Así, lanzó nuevas consolas que vieron nacer a importantes franquicias y a entrañables personajes, los cuales le permitieron mantenerse a flote en el mercado, a pesar del surgimiento de nuevos y poderosos competidores, como la PlayStation de Sony o el Xbox de Microsoft.
Sin embargo, durante la década del 2010, después del apogeo comercial generado por el éxito de la consola Wii (lanzada en el 2006), la compañía comenzó a caer en un bache comercial, el cual se acentuó más con el rotundo fracaso que significó el lanzamiento de WiiU, una consola portátil que pretendía ofrecer una experiencia nueva para los consumidores, brindándoles la posibilidad de jugar sin la necesidad de estar conectados al televisor (algo bastante similar al Nintendo Switch). Esta consola fue diseñada para competir con la PlayStation 4 y el Xbox One; sin embargo, la idea y sus características no terminaron por convencer al público, lo que derivó en unas ventas muy bajas que hicieron caer drásticamente el valor de la compañía.
A partir de entonces, Nintendo entró en una grave crisis que hizo creer a muchos que su fin se encontraba cerca. Sin embargo, la compañía aún tenía un as bajo la manga, el cual vio la luz en marzo del 2017: Nintendo Switch, una novedosa consola que supo remediar los errores y falencias de la WiiU; por lo que, a pesar de su elevado precio inicial, tuvo un éxito rotundo a nivel mundial. Tan sólo en 10 meses, se convirtió en la consola más vendida en la historia de Japón y la de venta más rápida en Estados Unidos, desplazando a PlayStation y Xbox como los líderes en videojuegos, lo que le permitió recuperar el trono que durante varios años sus competidores le habían usurpado.
No obstante, el éxito de Nintendo Switch no se debió únicamente a su novedoso diseño, dinamismo y portabilidad, sino también a su apuesta por los viejos clásicos que tanto éxito le dieron en el pasado y que se han mantenido en la memoria de los jugadores, como “Zelda: Breath of the wild”, el cual fue la espada con la que Nintendo Switch se lanzó a la conquista del mercado y cuyo éxito fue tal, que fue galardonado como el mejor juego del 2017.
A esta conquista, se sucedieron nuevas victorias, como “Super Mario Odyssey”, “Mario Kart 8 Deluxe”, “Super Smash Bros. Ultimate”, “Pokémon Let’s Go”, “Super Mario Party”, “Fire Emblem: Three Houses”, entre otras franquicias de la marca que reeditaron magistralmente viejos clásicos y que dejan clara una idea:
“La nostalgia vende”
Las modas son pasajeras, pero hay productos que saben escaparse del olvido y logran trascender las barreras del tiempo para convertirse en clásicos.
Somos como barcos remando a contracorriente, con la vista hacia el futuro, pero anclados al pasado, es por ello que este tipo de productos siempre nos atraen, porque queremos revivir tiempos pasados, seguramente cuando éramos niños y no teníamos preocupaciones ni numerosas responsabilidades. Nuestro más grande reto era derrotar a una tortuga con púas en el caparazón para salvar a una princesa; o hacer frente a múltiples peligros para ayudar a la princesa Zelda a salvar el reino de Hyrule.
En suma, la nostalgia es un producto que, si es elaborado con creatividad y esmero, puede resultar en un rotundo éxito, atrayendo no sólo a clientes que vean en él un recuerdo de épocas felices, sino también a clientes nuevos que buscan una experiencia diferente.
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