Suena lógico afirmar que los fans de David Bowie no han terminado de reponerse por su relativamente temprana muerte. No solo por la hermosa música que creó sino también por sus frecuentes incursiones en otras ramas del arte: cine, fotografía, teatro, y también, y en gran medida, la moda. Otra de las actividades en las que participó es nada menos que la publicidad.
No mucha gente sabe que el primer trabajo de Bowie fue, justamente, en una agencia de publicidad: en 1963 abandonó la escuela e ingresó en Nevin D. Hirst Advertising, ubicada en la Bond Street londinense; lo hizo más que nada para contentar a su padre. Allí trabajó durante un año dibujando storyboards y, aunque luego él minimizó su experiencia, a muchos les quedó claro que el joven David aprendió bastante de la publicidad. Por ejemplo, cómo mostrarse, cómo manipular los sentimientos, cómo aprovechar al poder de la imagen y las palabras.
En 1967, Bowie (aún llamado Davy Jones) hizo una de sus primeras apariciones en un comercial de televisión, un aviso de helados para Luv “The Pop Ice Cream”, dirigido por el también novato Ridley Scott. (La marca de helados ya no existe hoy.) Inmediatamente después comenzó el éxito de Bowie, que hizo que los años 70 prácticamente le pertenecieran.
Por eso recién volvió a protagonizar un comercial en 1980, pero solo en Japón: es un anuncio bastante minimalista para el sake Crystal Jun Rock. Bowie aparece muy apuesto y elegante, en sintonía con el glamour sofisticado de la época del disco “Lodger”. Toca el piano, mira el Monte Fuji y lo único que dice es el nombre de la marca: “Crystal”. Él compuso la música (que salió de las sesiones de “Lodger”) y la editó como single en Japón y como lado B en occidente. Llegó a declarar que “el dinero es una cosa muy útil” como justificación para hacer comerciales como este.
Volvió a aparecer en un aviso en 1983, urgiendo a los estadounidenses para que pidiesen MTV a sus operadores de cable, en uno de los primeros anuncios de la cadena. Cuatro años después, en 1987, muchos llegaron a sostener que Bowie se “había vendido”, ya que grabó una nueva versión de “Modern Love” con Tina Turner para un comercial de Pepsi.
Hasta 2001 no hizo otro comercial. Ese año interpretó a un hombre que caía a la Tierra (en alusión a la película que protagonizó años antes) en un anuncio de la radio satelital XM, para la que volvió a hacer un aviso cuatro años después. En 2004 hizo un comercial para el agua mineral Vittel, en el que incluyó una especie de retrospectiva de su carrera acompañado por su propio tema “Never Get Old” (no lo hizo) mientras el artista David Brighton se iba poniendo todos los trajes que Bowie usó en sus diferentes, camaleónicas etapas.
Su aparición final en publicidad televisiva fue en 2013, haciendo una versión de su canción “I’d Rather Be High” para un anuncio de Louis Vuitton ambientado en un elegante baile en Venecia. Rodeado de belleza y glamour, fue un final adecuado para su carrera como modelo publicitario. Se le extraña.
(Fuente: Open Culture)
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