Publico hoy, porque esto es un canto al trabajo y ni los sábados ni los domingos se debe trabajar.
Un 9 de febrero, pero de 1979, empecé mi camino en la publicidad…
Era un chico flaco y lleno de inseguridades que ya venía de estudiar Abogacía- 6 meses- y de haber hecho casi la mitad de la carrera de Psicología. –Como todos los argentinos, soy medio psicólogo–.
La mañana que entré en aquella agencia, descubrí que a nadie le importaba que yo estuviera ahí. Era otro de los tantos aprendices y como tal me recibieron: con amable y total indiferencia.
Gran lección: lo que hacemos no le interesa a nadie. Y nuestro trabajo consiste en romper eso. A las personas no les importaría nada que el 75% de las marcas desapareciera.
Cuando las presentaciones de rutina terminaron, me sentaron en un tablero de dibujo que sobraba y me dejaron en un rincón. Con los dos únicos aliados que mis manos, empapadas de nervios, necesitaban: papel y lápiz. A esos dos yo los conocía tan bien.
Empecé a escribir y escribir. Desde entonces, Forrest Gump del copy, no he parado.
Llevo ya 40 años haciéndolo. A la publicidad, ya lo he dicho, le debo todo.
La primera vez que viajé al exterior lo hice rumbo a USA , para trabajar con Nestlé en White Plains. Nunca había salido de la Argentina. Iba con mi carpeta de phrasal verbs, repasándolos en el vuelo a la noche. Estudié más de quince años inglés, con profesor de 8 a 10 de la mañana en la agencia, todos los días de la semana.
Hablar en inglés me permitió conocer a la gente más extraordinaria que jamás soñé conocer. He tenido el privilegio de trabajar con personas de todos las países que te puedas imaginar. De Australia, Nueva Zelanda, Japón, China, Corea, Vietnam, Singapur, Filipinas, Tailandia, India, Turquía, Egipto, Líbano, Israel, Polonia, República Checa, Rusia, Austria, Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Alemania, Croacia, Eslovenia, Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, Italia, Grecia, Francia, Portugal, Marruecos, Sudáfrica, USA, Canadá, México, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Perú, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay…
En la lista falta España. La destaco por la relevancia que tiene en mi vida. Es lindo el amor que nace de la elección y no de la herencia.
Y por supuesto, la Argentina. El lugar de donde siempre seré. Orgulloso de ser un creativo argentino. Espero no haberme olvidado de nadie. Cuando escribo esta lista me aparecen sus caras y los grandes momentos que pasamos juntos. Gracias por eso. Yo sería otra persona sin haberlos conocido a ustedes.
Nuestra industria es lo que es por las personas. Por encima de la tecnología, de los procesos, de los PNL, de los avances…
Es un gran retroceso si no entendemos que la diferencia la marcan las personas.
Me he cruzado con muchos en estas cuatro décadas. En esta película, ganan los buenos. No porque no haya habido malos. Pero mi optimismo me ayuda siempre a ignorarlos y dejarlos de lado.
Yo creo en las personas. Me desvela descubrir el talento escondido que tienen y ayudarlas a que lo saquen y brille. Las personas somos tan distintas entre sí y eso es una bendición. Porque nos permite ver las mismas cosas de maneras distintas. Eso, creo yo, es la creatividad.
Que alguien venga con ojos frescos y te muestre algo que no sos capaz de ver por vos mismo. Hay que rodearse de distintos. Cuánto más lo seamos, más cosas descubriremos juntos.
Cumplo cuarenta años con la publicidad y renuevo mi amor.
Ya no se hace como se hacía antes. Pero te juro que siempre se puede encontrar otra manera de estar juntos.
No sigo haciéndolo porque no sé hacer otra cosa. Sigo haciéndolo porque me subyuga que se haga siempre distinto.
Muchos creen que lo que hacemos es una frivolidad. A ellos les dedico esta anécdota:
Estábamos en la planta de helados de Nestlé, Frigor se llama la marca en La Argentina.
Nos estaban dando el brief para una nueva campaña de Conogol. Entró el CEO a la reunión y preguntó quién era el creativo. Yo levanté la mano y me pidió que lo acompañara.
Me llevó a la cámara de frío y me mostró a las personas que estaban produciendo Conogol. Me dijo que estaban trabajando a un turno de 8 horas.
Si yo hacía una campaña buena, iba a haber más gente y trabajarían a dos turnos. Pero si yo hacía una campaña extraordinaria, trabajarían a tres turnos, más personas produciendo sin parar.
Hicimos una campaña: “Conogol te llama y no sabés por qué… Conogol te seduce porque tiene un no sé qué, Conogol de Frigor tiene… Conogol de Frigor es… y también… y también… Vos no tomás Conogol, Conogol te toma a vos…” Eso cantaba el jingle con imágenes muy oníricas. No decía nada del producto y decía todo. La fábrica trabajó a tres turnos.
No permitas jamás que te digan que tu trabajo es una frivolidad. Tu trabajo crea trabajo. Eso, mis queridos amigos, es lo que hacemos. Nada más. Pero nada menos.
( A Malala, Fer y Tini )
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