No quiero desvelarme, no quiero dejar de ver a mi familia y amigos, no quiero vivir en estrés… por un ‘trucho’.
No quiero ser parte de una industria que usa a la gente de prop y a los problemas de brief. No quiero esforzarme entendiendo las dificultades de la vida de cierto grupo vulnerable, si la solución a la que lleguemos será sólo para demostrar la capacidad creativa de la agencia, y no para ayudarlos.
No quiero invertir mi energía pensando en algo que cambie al mundo, si lo único que va a cambiar es el número de piezas inscritas a Cannes. No quiero pensar cómo hacer conciencia de un problema, si seremos los primeros en olvidarlo, pues la propuesta no da para un premio.
No quiero desgastarme por algo que el cliente no va a comprar… porque no le alcanza, porque no ayuda a sus números, porque no entiende cómo salvar a las ballenas de no sé donde ayuda a su marca de pozole. Porque no comprende por qué su agencia la está convirtiendo en un pretexto para entrar a un shortlist, en lugar de hacer equipo para crecer en la vida real.
No quiero darle por su lado al cliente para no perder tiempo explicándole por qué sus cambios son absurdos y tener que pensar una mejor solución. No quiero darle nula importancia a las campañas del día a día para enfocar mi mente en ideas de festival. No quiero ir por la calle, prender la televisión, encender el radio, entrar a facebook… y avergonzarme de no haber guiado a mi marca correctamente, de no haber defendido una idea como merecía… de no haber hecho nada para evitar que salieran piezas basura.
No quiero asquearme de mi trabajo. No quiero.
No quiero hacer proactividad, pero por ahora, es la única forma de crecer como industria. Entonces la hago, pero intento hacerla como se supone que deberíamos hacerla.
Quiero pensar en ideas que cambien al mundo para bien, y para siempre. De esas que mueven las entrañas desde que las piensas, que emociona contarlas, escribirlas, diseñarlas; pero sobre todo, venderlas. Quiero esforzarme por propuestas extraordinarias, bajo un brief ordinario. Quiero demostrar que se puede, que la verdadera diferencia está en el día a día; que la prioridad es el crecimiento de la marca, y que el verdadero premio es el reconocimiento y preferencia del target… y entonces vendrán los premios.
Quiero que premien la creatividad mexicana, pero no solo por los festivales, sino por lo que hay en la calle. Quiero que los Brand managers confíen en mi trabajo, mis decisiones y mis ideas. Quiero que también se emocionen de lo que inscribimos para premio, pues fueron cosas que también ayudaron a su marca.
No quiero hacer proactividad, pero la hago porque quiero que llegue el día que esas piezas no sean sólo proactividad, sino parte de nuestro día a día.
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