Constantemente, los internautas nos encontramos expuestos a constantes cambios de algoritmos, nuevas plataformas de consumo digital (de contenido, retails, etc) y una que otra actualización de software. Normalmente, para un usuario ávido de estas tecnologías, puede no tomarnos por sorpresa tan rápido – aunque por momentos nos puede abrumar -; sin embargo, existen usuarios que no tienen una noción tan detallada de estos medios y que llegan a verlos como si se trataran de algo de otro mundo.
¿Por qué cuento esto? Porque, si eres una agencia digital, seguramente te has encontrado con más de un dueño de negocio así.
Si analizamos nuestras interacciones con ellos, pareciera por momentos frustrante el pensar que una persona así dude tanto o le tenga ese escepticismo a las diversas oportunidades que los medios digitales pueden representar para su marca o empresa. No obstante, podemos olvidarnos de un (no tan) pequeño detalle: ese desconocimiento es el que nos tiene ahí platicando con ellos, ofreciendo nuestros diversos productos o servicios y tratando de convencerlos.
Constantemente me he encontrado en charlas con clientes o prospectos en las que salen a relucir dos palabras clave: “confianza” e “involucramiento”. Esto me ha llevado a plantearme realmente qué tanto es el miedo que nuestros prospectos le tienen a invertir, a apostar por estos canales y qué tanto es el temor de no estar seguros de estar recibiendo una buena ayuda.
Nuestra labor como agencias no es “hacer cosas bonitas”, ni “hablar como una eminencia” o “marear” a nuestros prospectos con un sinfín de términos en inglés. Nuestro deber es ayudarles a identificar cuáles son sus retos y cómo los medios digitales pueden ser una solución apropiada. ¿Cómo lo logramos? Generando esa confianza de empatizar no sólo con la persona, sino con su empresa: por qué hacen lo que hacen, qué los diferencia, por qué razones los clientes sí compran sus productos o servicios.
Cuando existe un involucramiento real con nuestros clientes, nosotros como agencias podemos entender no sólo las cuestiones de marketing sino administrativas, operativas o hasta como un consumidor más. El tipo de recomendaciones y las constantes sugerencias desde nuestro enfoque demuestran a nuestro cliente que no debe temer y que realmente estamos velando por un resultado mayor al de “generar un ingreso”.
Para ti, ¿qué es más importante: que tu cliente crezca o que te dure lo suficiente para terminar tu mes?
Discussion about this post