El juego es esencial como formador de experiencias desde que nacemos. Acompaña la evolución humana desde los orígenes. De hecho, hay testimonios tangibles en el Foro Romano -donde una rayuela está calada en el piso-; o aquellos sonajeros de bebés que eran fabricados hace muchos siglos con vejigas de animales. Aristóteles, Platón y otros filósofos hablan del juego y propusieron varios para el estímulo infantil. Y es a partir del Renacimiento en que los juegos colectivos empezaron a pasar a ser individuales, ya que esto marcaba cierto clasismo entre quien los practicaba y el que los observaba.
Las primeras teorías psicológicas sobre el valor del juego en el desarrollo humano se ubican alrededor de 1855 con la obra de Spender; luego, Lázarus, Groos, Hall, y más recientemente con Piaget (1932), apuntando especialmente a que la forma de relacionarse y ejecutar las normas de los juegos es un indicativo de cómo el niño capta las normas sociales y las aplica en lo cotidiano.
En el mundo laboral actual, el juego en sí no es muy bien considerado. Si bien muchas compañías se esfuerzan en brindar espacios y estímulos recreativos para fidelizar a los colaboradores, en la inmensa mayoría de los casos se los utiliza como anabolizador para lograr mejores resultados comerciales, que, a la vez, pueden aportar cierto bienestar. Hay un largo camino por delante.
- El juego que todos jugamos
Tan incorporadas están las dinámicas de infancia, que hay muchas que seguimos practicando diariamente, aunque con consecuencias menos divertidas. Como ejemplo, aquí van estos cinco juegos infantiles que se practican hoy en el mundo de la empresa:
- Policías y ladrones Versión empresarial: En todos los trabajos hay un espacio simbólico donde se sabe que cualquier trabajador puede ser freezado durante algún tiempo. En la oficina, los policías son quienes enjuician a quienes se considera responsable de aquello que no salieron como se esperaba; a la par, siempre hay otros compañeros intentando salvarlo de la situación; y, una vez que pasa el tiempo y se diluye el problema, todo sigue su curso… hasta que se invierten los roles.
- La escondida: Demás está decir que en el marco del trabajo hay muchos que se esconden, y que hacen que los pocos que quedan deban hacer el trabajo pesado; incluso muchas veces deben actuar así para poner en evidencia a los perezosos, los huidizos y quienes hacen que trabajan, sin lograr resultados. Lo cual no resulta nada divertido para aquellos que están verdaderamente comprometidos.
- Policía bueno y policía malo: Sigue siendo una de las tácticas más utilizadas en negociación, y se la utiliza diariamente entre jefes y subordinados de todos los niveles. Es el caso típico cuando un empleado pide un aumento de sueldo, y le responden que el que decide no es él; que hay otra instancia superior (‘el malo’). El que está en la parte negociadora, se ve sometido a la doble presión. Instintivamente, tenderá a sentir más empatía con el “blando”, quien expresará que ´tiene las manos atadas’ por el compañero duro. ´Quiero ayudarte pero no me deja´, es su lema. La contraparte se verá así forzado a aceptar muchas veces la postura del ´mal menor´ que plantea el personaje blando. Lo que realmente sucede es que ha cedido ya que los objetivos del ´policía duro´y ´policía blando´ eran el mismo.
- Gallinita ciega (gallo ciego): Diariamente, hay muchas personas de los equipos que juegan a la gallinita ciega, incentivados por un ruidoso grupo de jefes, supervisores, responsables y compañeros que ocultan información y que los hacen tomar decisiones a tientas y a locas. Hay otros que eligen ese rol escudados en el “no se…”, “no me corresponde…”, “no es mi área”, “soy víctima de las circunstancias…”. Y también se lo utiliza para encontrar algún chivo expiatorio a los problemas que se presentan: hay que hallar a un responsable. Como en el juego infantil, hay un momento donde se intercambian los roles, ya que nadie está exento de que le toque jugar a ciegas.
- Teléfono descompuesto: En este caso no hace falta mayor explicación, puesto que la comunicación interna dentro de la mayoría de las organizaciones es la gran asignatura pendiente que les impide crecer y desarrollarse.
¿Y tú, que juego recuerdas, y que, aún hoy de adultos, se sigue jugando en el trabajo?
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