Publicidad y Análisis del Discurso. Aunque sea difícil de creer, pareciera ser posible celebrar una Navidad sin compras materiales y celebrando lo único que importa, el Amor. Sin caer en la paradoja de pretender que el discurso publicitario se distancie de la perspectiva comercial que lo sostiene, se pueden encontrar piezas donde el enunciador en esta fecha construye un mensaje que lo posiciona en otro lugar, el del espíritu navideño.
Esto es lo que hace un banco austríaco, Erste Bank en la pieza “Qué sería de la Navidad sin amor?”[1], se distancia de su lugar como enunciador en el ámbito bancario para asumir otro rol, el de quien relata una historia infantil donde la vida del protagonista cambia a partir del amor de quienes lo rodean. A nivel de estrategia, el enunciador apela a la emoción y se enfoca en una acción, creer. Porque de esto se trata esta época, la historia propone creer en los demás, creer en la amistad, creer en uno mismo, en definitiva creer en el Amor. En la aceptación amorosa de las diferencias y en una convivencia en paz, radica el espíritu de la Navidad.
Por una Navidad donde todos podamos creer, o volver a creer en el Amor.
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